¿Quién no ha vivido esas historias estivales que parecían la mejor de tu vida y que se olvidaban al llegar septiembre? ¿Qué tenían de especial esos amores de verano de la adolescencia que recordamos con tanto cariño? Esos amores de verano son más propios de nuestra adolescencia o juventud de cuando íbamos de vacaciones con nuestra familia o a esos campamentos/colonias. Ya con el paso del tiempo, esas historias acarameladas iban tomando un cariz más fogoso cuando nos íbamos haciendo mayores y esos amores de verano surgían cuando íbamos de vacaciones con nuestros amigos.
¿Cómo vamos a olvidar películas como Grease o Dirty Dancing en las que surgen esos amores de verano en edades en las que las hormonas juegan un papel fundamental?
Summer Love, Summer League
Aunque el formato de Summer League tal y como lo conocemos ahora es algo muy reciente nacida en 2006; la idea de unos torneos de verano con jugadores de la NBA ya existía desde 1969. La Summer Pro League, también conocida como Southern California Summer Pro League, fue un torneo anual que se celebraba en Long Beach todos los veranos. En esta liga del sur de Los Angeles hicieron su debut futuras estrellas como Kobe Bryant, Tracy McGrady o Amare Stoudamire. En 1984 incluso sirvió como entrenamiento para la USA Team que iba a participar en los Juegos Olímpicos de Los Angeles.
La Summer League de Long Beach no estuvo ligada a la NBA aunque participasen sus jugadores e incluso algunos de sus equipos. La idea de la Summer League de Long Beach gustó tanto a la NBA que en 2006 la adoptó como propia.
De todas formas, ha habido otras ligas de verano de este mismo estilo. La Reebook Pro Summer League fue una liga que se disputó desde 1999 hasta 2004 en la Universidad de Massachusetts y que tuvo a futuras estrellas de la NBA como Lebron James, Tony Parker, Gheorghe Muresan, Kyle Korver o Michael Reed entre muchos otros.
Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas
La frase que todos conocemos de sobra y que algunos hemos tenido que usar tras pasar por la ciudad del pecado es perfectamente válida para el torneo estival de la ciudad de Nevada.
Oficialmente, la Summer League de Las Vegas asociada a la NBA empezó en 2006. Salvo los accidentados 2020 y 2021, la Summer League suele celebrarse las dos primeras semanas de julio. Las franquicias pueden enviar a jugadores con menos de tres años de experiencia en la liga –jugadores recién drafteados incluidos– también pueden enviar a sus jugadores de G-League y otros jugadores que quieran probar.
Cada equipo suele jugar de 4 a 8 partidos y tiene varias finalidades dependiendo de la experiencia de cada jugador aunque para todos es un momento idóneo para exponerse ya que tienen el foco de atención sobre ellos. Para los recién drafteados es un momento para rodarse con normas NBA, aprender los sistemas del staff e ir cogiendo ritmo puesto que no compiten desde finales de marzo. Para jugadores de segundo y tercer año esta competición es clave porque, en muchos casos, se juegan su futuro en la NBA y un momento para ganarse un hueco en la rotación e incluso en la plantilla.
Hay muchos jugadores que no han gozado de minutos durante la temporada regular y la Summer League es su momento. Y en el caso de los jugadores de la G-League es el gran momento de exposición. Durante el año son los que menos focos han tenido y su misión es salir del equipo afiliado para unirse al primer equipo.
En otros muchos casos también sirve para abrirse otras puertas. Entre el público de Las Vegas hay mucho técnico o director deportivo de clubes europeos que van a Nevada a intentar conseguir los descartes que nadie quiera en la NBA.
Amores de verano con etiqueta VIP
El Danny Zuko de Sandy en Grease, el Jonny Castle de Baby (Frances Houseman) en Dirty Dancing o los MVP de Randy Foye o de Josh Selby. En estos amores de verano encontramos historias bellísimas que parecían que iban a ser eternas e incluso alguna que sí fue eterna o casi.
2012, la Summer League de perros y lechuzas
Citando la canción de mi buen amigo Beni, en Las Vegas se vivió una historia de Perros y Lechuzas como en la canción de Igloo. No sabemos si ese recuerdo mata o muere para alguien como Damian Lillard y Josh Selby puesto que compartieron el MVP de la Summer League de 2012.
De Dame Time lo sabemos casi todo menos cuando se va a llevar su MVP de la temporada regular y su anillo. Pero por lo menos consiguió ser el novato del año en 2013 y jugador clave en los Blazers desde que llegó a Portland.
Vista con perspectiva, la Summer League de 2012 fue un escándalo. Quizás no lo sabíamos aún pero destacaron bastante jugadores como Kawhi Leonard, Bradley Beal, Jimmy Butler, Klay Thompson, Damian Lillard–que fue el máximo anotador– y el co-MVP Josh Selby. Es curioso que la mayoría de los jugadores que destacaron en Las Vegas sí que han tenido una gran carrera en la NBA, pero Selby ha quedado relegado en el olvido.
Selby había sido un segunda ronda de los Grizzlies en el draft de 2011 y en esa Summer League de 2012 tenía que dejarse el alma para poder ganarse un hueco en la franquicia de Tennessee. Tras un torneo en el que solamente Lillard le superó en todos los aspectos, nunca consiguió hacerse un hueco en ninguna plantilla NBA. Selby estuvo dando bandazos por la G-League (D-League en esa época) y recorriendo el mundo por ligas de Israel, Turquía, Argentina, Macedonia, Nueva Zelanda…
Los titulares y artículos de los medios deportivos estadounidenses de julio de 2012 ponían a Selby al nivel de The Next Big Thing. Por eso es tan importante comprender que, como en muchos casos, Selby estaba luchando para hacerse un hueco en la NBA y jugaba con un hambre atroz.
Los comienzos no suelen ser exitosos
En 2006 arrancó la Summer League como un torneo propio de la NBA y asentada como banco de pruebas de los jugadores jóvenes, aunque se colara algún veterano con la necesidad de limpiar su nombre tras cierta batalla campal en Auburn Hills. Viendo las plantillas de los 16 equipos presentes en Nevada cuesta bastante encontrar nombres que posteriormente tuviesen una carrera importante en la NBA, sobre todo en los líderes estadísticos. Sí que había jugadores importantes como Aldridge, Reddick, Marvin Williams, Amar´e Stoudemire, Barea, Brandon Roy (que sería ROY esa temporada), Kyle Lowry, Andrew Bynum…
James Singleton fue el máximo reboteador, John Lucas el líder en asistencias y Randy Foye fue el máximo anotador y MVP del torneo. Más allá de que estos tres jugadores fueran amores de verano, hay que tener en cuenta los problemas del propio Randy Foye. Sin meternos en el drama que fue su vida personal con el fallecimiento de su padre cuando Randy tenía tres años y el posterior abandono de su madre; Randy nació con una malformación genética llamada situs inversus. Para simplificar bastante, Randy tenía algunos órganos vitales cambiados de lado. Por ejemplo, tiene el corazón en el lado derecho y el hígado en el izquierdo. Eso no le impidió desarrollar una carrera profesional correcta pero muy lejos de lo que ese MVP de la Summer League de 2006 presagiaba.
2014, verano para olvidar
En 2014, más que amores de verano, aquello fue un sueño de Resines. Empezando porque los Sacramento Kings ganaron esa Summer League y terminando porque el MVP de la Summer League fue Glen Rice Jr. y el MVP del campeonato fue Ray McCallum Jr.. Desde luego que sobre el papel no ha quedado como una Summer League que pasará a la historia. Las carreras de sendos MVP fueron una pesadilla. Glen Rice solamente jugó 16 partidos con los Wizards y el resto de su carrera estuvo entre la D-League, México, Filipinas, Puerto Rico, Israel, Argentina, Nueva Zelanda, Lituania e incluso Arabia Saudí. Pero es que la carrera de Ray McCallum no es muy diferente a la de Rice. McCallum sí que pudo pisar la NBA durante cuatro años, pero después de Sacramento, San Antonio y Memphis; su carrera ha estado en la D-League, Unicaja, Breogán, Turquía, China e Israel.
Lo sorprendente es que no había malos jugadores en esa Summer League de 2014. Sin ir más lejos en Bucks jugaba Jabari Parker, la nueva estrella que iba a sacar a los de Milwaukee del ostracismo y también jugaba un griego delgadito y espigado de apellido impronunciable. O también comenzaban a hacer sus pinitos LaVine, McCollum, Schröder, Jordan Clarkson, Rudy Gobert o Tim Hardaway. No fue una Summer League sin nombres de futuro, el problema fue que los que destacaron hicieron suya la expresión “lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”.
Los amores de verano no siempre se mueren en septiembre
No todo está perdido, hay esperanza en la Summer League. De la misma forma que hay amores de verano que perduran años y años, también ha habido jugadores que han tenido una gran carrera NBA.
Porque no todos son grandes fracasos. Hay jugadores que apuntaban altísimo pero que su bajón o desaparición no fue culpa de su juego ni de sus lesiones. Sin ir más lejos, Blake Griffin y John Wall fueron los MVP de las ligas veraniegas de 2009 y 2010 respectivamente. Todo ello sucedió antes de que sus rodillas se hicieran trizas.
También el triple campeón del concurso de mates, Nate Robinson, fue MVP de la Summer League en 2007. No es que su carrera haya sido un exitazo pero siendo el único que ha ganado tres veces el concurso de mates ya es un jugador importante, sobre todo teniendo en cuenta que mide 1,75 m.
Tenemos que esperar unos años para ver cómo progresa y qué rol asumen otros MVP de la Summer League como Lonzo Ball, Kyle Kuzma, Josh Hart o Brandon Clarke. Aunque también hemos visto MVP de la Summer League que se han quedado como jugadores importantes en sus equipos como Kyle Anderson o Jonas Valančiūnas.
Los amores de verano son simplemente eso
Siento no ponerme excesivamente pasteloso pero las historias veraniegas, salvo la de Damian Lillard, no han llegado mucho más lejos. Hasta la bella historia de Sandy y Danny en Grease acabó mal según se cuenta en –la que para muchos es una secuela apócrifa– la secuela de Grease.
En el caso de la Summer League de la NBA, los jugadores de la G-League y los jugadores con pocos minutos en sus franquicias, van a Las Vegas a trabajar como locos para poder buscarse un hueco en la liga. Los novatos vienen muy frescos y con hambre de comerse la liga. Muchos jugadores luchan por su trabajo conocedores que los entrenadores y directivos de las franquicias de la NBA están mirándolos con lupa. Además–como cuenta Willy Villar en la biografía de Giannis de José Manuel Puertas– son muchos los equipos europeos de nivel que envían ojeadores a Nevada para conseguir refuerzos de cara a la temporada.
Por lo tanto, la hiper-motivación de los contendientes influye en su rendimiento. Por eso es importante no sobrerreaccionar a las actuaciones de los jugadores durante este torneo de dos semanas. Simplemente deberíamos considerarlo como un banco de pruebas para los técnicos y para las franquicias. Cierto es que es una gran oportunidad para asistentes que puedan buscar un hueco o un mayor protagonismo en su staff o en otro. Sin ir más lejos, Popovich envió a Becky Hammon a la Summer League de 2015 tras su primer año en el staff de Spurs. Y Becky consiguió ganar esa Summer League confirmando el buen ojo de Popovich en la estrella de la WNBA.