“Mi fe en Dios nunca ha sido tan fuerte mientras que mi fe en las personas nunca ha sido tan débil”. Así se expresaba Bruce Pearl, actual entrenador de Auburn, cuando en 2018 su puesto de trabajo pendía de un hilo debido a los malos resultados y, sobre todo, a las continuas polémicas sobre irregularidades que tanto el cómo su staff técnico llevaba a sus espaldas.
Hablar de Bruce Pearl es hacerlo de un personaje en mayúsculas de la liga. Graduado en Boston College en 1982, lleva desde ese mismo año en los banquillos de la NCAA como asistente y entrenador principal. Ha conseguido varios premios individuales durante su carrera, diferentes campeonatos de conferencia en la Horizon y la SEC e incluso un billete (algo inesperado) a la Final Four de 2019 con Auburn. En principio, y por historial, deberíamos estar hablando de un entrenador excelso y con buena reputación. La realidad es que la carrera de Bruce Pearl esta manchada y llena de investigaciones, juicios y acciones inmorales contra otros compañeros de trabajo.
Chivato: una etiqueta de por vida
Bruce Pearl inicio su carrera en los banquillos como asistente de Tom Davis en Stanford (1982-86) y después en Iowa (1986-92). Fue en esta última universidad donde Bruce Pearl empezó a crearse una fama no muy favorable en el colectivo de entrenadores a nivel college.
En 1989 las universidades de Illinois y Iowa se estaban disputando el reclutamiento de Deon Thomas, elegido Mr.Basketball del estado de Illinois esa misma temporada. Bruce Pearl era el elegido en los Hawkeyes para convencer al jugador de recalar en el equipo entrenador por Tom Davis. Iowa llevaba dos temporadas llegando a la segunda semana del Madness y un reclutamiento de este nivel podría impulsar al programa a sonar con cotas más altas.
Tras un proceso largo y arduo, Deon Thomas decidió recalar en Illinois y Bruce Pearl no se lo tomo muy bien. Tras conocerse la decisión, Pearl llamo al jugador 9 veces durante dos días seguidos, hasta que pudo contactar con él. En una acción bastante controvertida, Pearl decidió grabar la conversación con el joven jugador y tras varias intentonas, le forzó a confirmar con un débil “Yeah” que Jimmy Collins, entrenador asistente de Illinois, le había ofrecido dinero por jugar en Illinois.
Bruce Pearl mando esas grabaciones a la NCAA y la acompaño de unos documentos explicando el contexto de los hechos. La NCAA investigo el caso y no encontró ninguna prueba de que esto sucedió así. El jugador declaro que simplemente asentía a las preguntas abusivas de Pearl para que le dejase en paz y le dejara de molestar. La realidad es que, tras varias demandas de un lado y otro, hubo unas pequeñas sanciones para la universidad de Illinois, pero el principal daño fue autoinfligido por Bruce Pearl. Rompió un código secreto de la NCAA que no le iba a hacer la vida fácil en el futuro.
Éxito en las canchas, no exento de polemica
En 1992 Pearl consiguió su primer puesto como entrenador jefe en Southern Indiana, universidad de la División II. Las malas lenguas dicen que, a pesar de sus éxitos durante su estancia de 9 años, fue parcialmente ignorado por las universidades de División I debido a sus acciones inmorales en el incidente de Deon Thomas. Un ostracismo que no le haría rendirse jamás.
Finalmente, en 2001, consigue su primer trabajo como Head Coach en División I de la mano de la universidad de Milwaukee. En tan solo 4 años consigue dos billetes al Madness y dos campeonatos de la Horizon League. Pearl por fin estaba dando que hablar por razones positivas en 2005, completó dos upsets en el torneo final que consiguió llevar a los Panthers al Sweet Sixteen por primera y única vez en su historia.
En 2006 dio el salto a una Power 6 de la mano de Tennessee. El programa de los Vols llevaba 4 temporadas sin conseguir llegar al March Madness pero gracias a Pearl, la dinámica cambio instantáneamente hasta el punto de no fallar nunca en conseguir invitación de post-temporada durante todas sus temporadas y conseguir el título de la SEC en 2008. La carrera de Pearl ya había despegado a los ojos del gran público. EL problema era que a Pearl los problemas siempre le encuentran, y como si fuese un denominador común en su carrera, Pearl siempre tuvo la boca muy grande para mentir.
En 2010 salieron a la luz fotos de un par de años atrás donde aparecía Aaron Craft, jugador de instituto por aquel entonces, en una barbacoa celebrada en la casa Bruce Pearl. En un movimiento suicida, y a pesar de que las fotos eran públicas, Bruice Pearl negó en juicio que hubiese invitado al joven jugador a su casa. Meses después, Bruce Pearl tuvo que aparecer en una rueda de prensa admitiendo la mentira y, a lagrima viva, prometiendo que nunca volvería a suceder.
Esas lágrimas y comentarios fueron rápidamente olvidados cuando solamente 4 días después de la rueda de prensa, Bruce Pearl y uno de sus asistentes fueron cazados manteniendo una conversación informal con prospect de instituto fuera de los periodos asignados para ello. Lo mejor de todo es que Jordan Adams, el susodicho jugador, tuvo que admitir que Bruce Pearl le enseñó un anillo en conmemoración del éxito de llegar a un Elite Eight de Tennessee y le dijo “si te vienes conmigo, podemos conseguir muchos de estos”. De nuevo, Bruce Pearl, se pega un tiro en el pie. En ambos se podría decir.
Auburn llama a la puerta
Tras toda esta polémica y una lenta decisión de la universidad, Bruce Pearl fue despedido de Tennessee en 2011 tras conocerse que la NCAA le imponía una sanción de 3 temporadas sin poder entrenar en la liga. Esta sanción fue más dura de lo previsible por la mentira y la reincidencia de los hechos. Poca gente dudo en su momento de la justicia de esta decisión.
Tras otros 3 años en el ostracismo, Auburn llamo a la puerta de Pearl. Universidad históricamente focalizada en el football, tras 8 temporadas se puede decir que el baloncesto ha comenzado a ser relevante por fin en esta universidad del estado de Alabama. Pearl ha encontrado de nuevo su sitio e incluso ha conseguido ir reclutando jugadores de high school de gran nivel, como Jabari Smith la temporada pasada. Pero no penséis que este paraíso para Pearl ha estado exento de polémica.
Sus tres primeras temporadas fueron bastante pobres a nivel deportivo, pero al menos, Pearl parecía que había dejado de comportarse como un mono con pistola. Todo cambio en la temporada 2017/18. Las investigaciones del FBI se hacían públicas y uno de los primeros arrestados fue Chuck Person, asistente de Pearl en Auburn. Semanas después, dos asistentes más fueron despedidos por Auburn sin mediar explicación y parecía que Brice Pearl estaba contra las cuerdas. Contra pronóstico, Pearl salvo su puesto gracias a su primer viaje al Madness esa temporada con los Tigers.
La temporada siguiente, otro asistente (el sustituto de Chuck Person) fue despedido debido a investigaciones del FBI en su anterior universidad. Parecía que era cuestión de tiempo que todo se llevase por delante a Pearl. Lo que sucedió fue que cuando más en el alambre estaba, más motivación tenía para conseguir hitos deportivos. En 2019 Auburn se metió por primera vez en su historia en una Final Four, consiguiendo algo que parecía imposible años atrás, conseguir que Auburn no fuese solo football.
A principio de la pasada temporada, tras un largo proceso de investigación, Pearl fue finalmente sancionado con dos partidos sin poder entrenar por la NCAA por la investigación llevada a cabo 4 años atrás sobre Chuck Person. Las razones oficiales de la sanción de deben a ‘la falta de supervisión y no promover una atmosfera de cumplimiento de la legalidad en el staff’.
Suponemos que esas explicaciones a Bruce Pearl le entran por una oreja y le salen por la otra. Pocos entrenadores han tenido tantos vaivenes en su carrera con problemas legales y morales afectando su reputación. No nos extrañemos que este carismático entrenador consiga llevar a Auburn a los más alto deportivamente hablando y ganar un campeonato nacional. Tampoco sería de extrañar que en cualquier momento se vuelva a disparar a si mismo. Y ya no le quedan pies donde hacerlo.