Chris Street leyenda de Iowa

Chris Street, leyenda de Iowa. Massiveball podcast nba en español
La tragedia de Chris Street

Haruki Murakami es desde hace muchos años el eterno candidato al Premio Nobel de Literatura. Tras el fallecimiento de Milan Kundera –el otro eterno candidato– el escritor japonés lidera en solitario la carrera por el ansiado galardón. La Fundación Princesa de Asturias y su ansia por recibir foco internacional, ha concedido el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2023 a Murakami. Adentrarse en las novelas del japonés es algo sencillo pero ha de hacerse de forma progresiva. La primera novela que recomiendan leer es Tokio Blues. Es una obra sencilla, relativamente corta, con un argumento fácil pero con una serie de personajes muy truculentos. Toru Watabe –el protagonista– es un joven universitario muy especial pero cuyas relaciones personales acaban mayoritariamente en el suicidio. Las pérdidas de sus amigos provocan en él un aislamiento del mundo y una sucesión de amistades cortadas por el mismo patrón. Los fallecimientos precoces siempre levantan una mística especial. En el mundo del baloncesto la más conocida es la de Len Bias por morir días después de ser seleccionado por los Celtics en el pick 2. Aunque la de Terrence Clarke, más reciente y por accidente de tráfico guarda mucha más relación con la historia que ahora vamos a contar sobre Chris Street, leyenda de Iowa.

Jordan Bohannon y el extraño tiro libre fallado

Hace unas semanas, mi buen amigo Antón Gallo me pasó un vídeo sobre Jordan Bohannon que me pareció fascinante e interesante para tirar del hilo y digna de ser contada. El 25 de febrero de 2018 Iowa y Northwestern se enfrentaban en el último partido de la temporada regular de la BIG10. Un abarrotado Carver-Hawkeye Arena –pese a la irrelevancia del partido– fue testigo como Bohannon alcanzaba la cifra de 34 tiros libres consecutivos anotados.

Bohannon acabaría la temporada 17/18 con 75 tiros libres convertidos de 83 intentos. Con esa efectividad nadie esperaba que fallase. Pero su lanzamiento se quedó corto, tocó el aro y salió despedido. Acto seguido miró a lo alto del pabellón y señaló hacia arriba con su dedo índice. Al terminar el partido se acercó a una señora, que no era su madre, y le dio un abrazo. El reportero de BigTen Network, consciente de lo que había sucedido le preguntó a pie de cancha si había fallado a propósito y sus palabras fueron claras: “Ese no es mi récord. Ese récord merece permanecer en su nombre”.

En los dos partidos que jugaron del torneo de conferencia, Jordan no falló. El récord de tiros libres anotados consecutivamente pudo haber sido de él pero prefirió compartirlo. ¿Con quién? ¿Por qué? 

Kenyon Murray, mucho más que el padre de Keegan y Kris

Para la mayoría de los seguidores del baloncesto americano Kenyon Murray es un desconocido incluso siendo el padre de dos jóvenes valores como Keegan y Kris. Con Kenyon sucede algo similar como con Adrian Griffin que, aunque jugó durante una década en la NBA y fue asistente de la misma durante más de quince años, la mayoría se refiere a él como el padre de AJ Griffin.

¿Qué pinta Kenyon en toda esta historia? Muy sencillo. Kenyon Murray y Jordan Bohannon mantienen una relación muy cercana desde hace muchos años. Una vez retirado, Murray se afincó en Cedar Rapids. Esa ciudad está a solo cuarenta minutos del campus de los Hawkeyes y es donde Bohannon creció. Murray, aunque no estaba en el staff de Iowa, nunca ha perdido contacto con su universidad y aconsejó a Bohannon durante su carrera universitaria. Incluso le asesoró sobre técnica de tiro y, sobre todo en la especialidad de Murray, el robo de balón.

En las múltiples conversaciones entre Murray y Bohannon el tema recurrente era Chris Street. Kenyon Murray fue jugador de Iowa durante cuatro temporadas desde 1992 hasta 1996 y en su primer año en Iowa City compartió vestuario de Chris Street, la leyenda de Iowa. Para cualquier jugador de baloncesto de los Hawkeyes Chris Street es leyenda de Iowa. Y hasta para el propio estado es patrimonio. Es un poco lo que sucede con Kizuki, quien es el nexo de unión entre Watanabe y Naoko y quien siempre sale en las conversaciones entre ambos a lo largo de la novela.

En Kenyon caló tanto la figura de Chris Street que su hijo Kris lleva ese nombre –aunque parcialmente modificado– en honor a su compañero fallecido.

Chris Street, leyenda de Iowa

Diez jugadores del equipo masculino de la Universidad de Iowa y dos del femenino tienen actualmente retirada su camiseta. Por supuesto que la excelente Caitlin Clark entrará en este honorable club en un par de años. Es curioso que en el masculino, salvo el legendario Luka Garza, la inmensa mayoría son jugadores de épocas muy pretéritas en las que la policromía aún no estaba presente en los televisores. Pero hay uno que destaca por encima del resto. Si decimos que Chris Street es leyenda en Iowa está totalmente justificado. Hay un premio individual con su nombre, que honra a los jugadores que mejor ejemplifiquen los valores, el espíritu y el entusiasmo de Chris Street. Cuando los jugadores salen del vestuario para recorrer el pasillo hacia la cancha central del Carver-Hawkeye Arena, lo primero que se encuentran es una placa de grandes dimensiones dedicada al inmortal dorsal 40 de los Hawkeyes.

Proyección para superar a otros Hawkeyes en la NBA

Iowa es un estado en el que, salvo un año en los comienzos de la NBA, nunca ha tenido ningún equipo de las grandes ligas americanas. Ningún deporte de primer nivel profesional ha decidido buscar un hueco en los extensos maizales del Midwest más profundo. Solamente Kevin Costner se ha atrevido en la ficción a adentrarse en las praderas del estado y gracias a ello la MLB ha decidido jugar un partido de temporada regular en el medio de la nada. Una estrategia un tanto exótica pero sin repercusión alguna en el día a día del estado.

Por lo tanto la cultura estatal se centra en sus dos grandes universidades, Iowa y Iowa State. Los Hawkeyes han dejado grandes leyendas en la NBA. Los más recordados son Don Nelson y sus anillos con Bill Russell y Havlicek, BJ Armstrong en el primer three-peat de los Bulls y Connie Hawkins, el cual es más famoso por sus tratos con el mafioso Jack Molinas que por su carrera en la ABA y en la NBA.

Pues bien. Los comentaristas y artículos de la época se refieren a Chris Street como un jugador con una proyección espectacular y que habría sido seleccionado en puestos de lotería. Un ala-pívot móvil de 2.03 en los draft de 1993 o 1994 habría sido muy cotizado. La evolución y el crecimiento de Chris desde su año freshman hasta su último partido fue increíble y hacer que el Cameron de Duke te ovacione en un partido cuando juegas como rival, tiene que ser porque eres un jugador estratosférico.

El partido de tu vida en el último partido de tu vida

Volviendo a Murakami y su novela Tokio Blues, los grandes amigos Kizuki y Watanabe juegan una partida de billar una noche. Esa partida podría ser como las otras muchas que habían jugado antes. Pero esa en concreto fue la mejor partida que Kizuki jugó jamás. Watanabe no era capaz de comprender lo que estaba viendo y el nivel de juego bestial de su gran amigo. Esa misma noche Kizuki se encerró en su garaje con el motor encendido y a sus diecisiete años se suicidó con el monóxido de carbono sin dejar nota alguna. Una insignificante partida de billar se convirtió en la partida más importante para dos amigos puesto que no se volverían a ver jamás.

Algo similar sucedió con Chris Street. El 16 de enero de 1993 Iowa visitaba el mítico Cameron Indoor Stadium para enfrentarse a Duke. Los Blue Devils habían eliminado a los Hawkeyes en los dos últimos Madness y se habían coronado como campeones nacionales durante esos dos años consecutivos. Los chicos de Mike Krzyzewski ya no tenían en sus filas a Danny Ferry ni al legendario Christian Laettner. Pero Thomas y Grant Hill junto con el malogrado Bobby Hurley y Cherokee Parks seguían formando un auténtico equipazo.

Nace Chris Street, leyenda de Iowa

El juego físico e intenso de Iowa impidió que Duke pudiese desplegar su juego y Coach K se fue quedando sin ideas. Chris Street era demoledor en la zona atrayendo a varios jugadores de Duke llevase o no el balón. Aunque pueda parecer pobre un partido de 14 puntos, 8 rebotes y 2 tapones, su presencia cerca de canasta era impresionante. El narrador y comentarista del partido ensalza durante todo el juego la calidad de Street y su segura grandísima carrera en la NBA. 

El momento cumbre se produce cuando Chris iguala y supera el récord de la universidad de tiros libres consecutivos. Esos 34 tiros libres convertidos de forma consecutiva provocan una ovación atronadora en el pabellón de Duke durante el tiempo muerto que Tom Davis solicita para honrar al ala-pívot de los Hawkeyes. En ese momento Chris Street ya es leyenda de Iowa.

A seis minutos para el final el partido estaba igualado y parecía que uno de los peores equipos de la Big10 podría asaltar el Cameroon. Pero los vigentes campeones aumentaron la intensidad y acabaron ganando su 78º partido de non-conference consecutivo. Pese a la derrota los ánimos en el vestuario visitante era de satisfacción y alegría. Chris había inscrito su nombre en la historia de los Hawkeyes. No es ni de lejos el mayor récord en la historia de la NCAA ni de la Big10, pero para la Universidad de Iowa era un hito antológico. En la rueda de prensa post-partido, Coach K ensalzó la intensidad y la dureza (en sentido positivo) del equipo de Tom Davis y elogió a Chris Street al nivel de los más grandes.

Planificación de Chris para una vida larga y próspera

Con Chris Street convertido en leyenda de Iowa y con su stock de draft subiendo hasta puestos de lotería llegaba el momento de planificar el futuro.

Quedaban dos meses de temporada regular. El #40 de Iowa quería agrandar su leyenda como jugador y, si fuese posible, dejar el récord de tiros libres lo más alto posible. El 6 de febrero cumpliría 21 años. La mañana del trágico 19 de enero, Chris había comprado un anillo de compromiso para pedir matrimonio a su novia el Día de San Valentín, un clásico en la cultura estadounidense. Tenían pensado casarse en mayo de 1994 cuando ambos se graduasen. Pero en ocasiones el destino juega muy malas pasadas y rompe todos los sueños que revolotean por tu cabeza. En muchas ocasiones las carreras deportivas se rompen por culpa de lesiones inesperadas. A veces son por malas decisiones o malas compañías o incluso por milésimas de segundo que pueden cambiar totalmente tus planes de futuro.

El martes 19 de enero de 1993 el destino se cruzó por delante de Chris y Kim en forma de una máquina quitanieves convirtiendo a Chris Street en algo más que una leyenda de Iowa.

La tragedia que convirtió a Chris Street en inmortal

El martes fatídico Chris, Kim y unos amigos fueron a cenar a las afueras de Iowa City. Se retiraron pronto –un poco antes de las 7 de la tarde– porque Chris tenía partido al día siguiente contra Northwestern y porque Kim tenía que ir al campus a una clase nocturna. Tengamos en cuenta que en Iowa City en enero a las 5 de la tarde es noche cerrada. La nieve es un compañero habitual al que cualquier persona local ya está acostumbrada.

Salieron del Highlander Inn en dirección a la autopista para dirigirse al campus. En la intersección frenaron para girar a la izquierda y cruzar los cuatro carriles de la autopista –es más común de lo que podríamos pensar incluso en la actualidad– y arrancaron. De la nada apareció una máquina quitanieves e impactó contra el coche. Según los informes Chris falleció en el impacto debido a la violencia del golpe. Kim sobrevivió y, cuando llegaron las asistencias fue trasladada al hospital en el que se recuperó. El último recuerdo de Kim es justo antes de arrancar. Ninguno de los dos llevaba puesto el cinturón de seguridad –algo que también era bastante común por entonces– por lo que el impacto contra un quitanieves fue de tal violencia que lo milagroso es que Kim sobreviviese.

James Winters, el compañero de habitación de Chris, cuenta que poco después de que la pareja se marchase, él también se fue. Pasó al lado del coche accidentado pero no se percató de que era el coche de su amigo.

La tragedia comenzó a saltar en todos los informativos locales y nacionales debido a la repercusión que Street había tenido en esa temporada y, sobre todo, en los últimos días.

La tragedia convierte a Chris Street en leyenda de Iowa

Cuando una persona joven y conocida fallece repentinamente y de forma tan trágica, el ser humano tiende a magnificarlo y a engrandecer su figura. En el caso de nuestro protagonista, su encumbramiento sobrepasa los límites de la Universidad de Iowa. La tragedia convierte a Chris Street en leyenda de Iowa. Pero del estado de Iowa. Los rivales históricos estatales, la Universidad de Iowa State son de los primeros que se unen al dolor de sus vecinos y los homenajes en Ames –ciudad en la que se encuentra la Universidad de Iowa State– se suceden desde el primer día.

La cámara de representantes del estado declara luto oficial ante la tragedia. Asociaciones, clubes deportivos, clubes de jóvenes y hasta los grupos más pequeños del estado envían cartas, flores y donaciones en favor de Chris Street.

Por supuesto los Hawkeyes retiran el dorsal de Chris. El primer partido en Iowa City tras el fallecimiento fue el 31 de enero contra la Michigan de los míticos Fab Five. Unos días antes habían vuelto a las canchas contra Michigan State pero el partido fue en casa de los Spartans. Ambos partidos se saldaron con victoria. Pero lo más sorprendente fue la forma en que los Hawkeyes pelearon y vencieron a los Fab Five. El espíritu de Chris Street se había adueñado de toda la plantilla. El Carver-Hawkeye Arena fue una mezcla de emociones, homenajes, lágrimas y recuerdo al compañero fallecido.

Chris Street, un legado eterno

Cada enero, coincidiendo con la fecha del fallecimiento, los Hawkeyes realizan el partido de Chris Street en el que se recuerda al que iba a ser una de las estrellas más grandes de la universidad. Los padres de Chris  no solamente están en ese partido anual de homenaje si no que suelen estar en todos los partidos de casa. Además del premio que concede la universidad, la placa en la puerta del vestuario y otras acciones; la familia de Chris continúa muy ligada a la Universidad y a la comunidad de Iowa City.

 The Immortal Ten de Baylor

A diferencia de otras tragedias –como la que hace tiempo contamos por aquí de  The Immortal Ten de Baylor– el accidente de Chris no supuso un cambio radical en la mejora por la seguridad viaria. Simplemente se puso un semáforo pero, conociendo como son los conductores del Midwest, de poco sirve. En el caso del accidente de los jugadores de Baylor, se cambió la legislación ferroviaria y se construyó un paso elevado y un puente en el lugar del accidente.

Pero en la memoria de los aficionados del baloncesto universitario y de los más de 3 millones de ciudadanos de Iowa, Chris Street siempre será eterno. Con la acción de Jordan Bohannon fallando el tiro libre a propósito para que el récord de Chris permanezca intacto, recordamos que en esta vida los números y las estadísticas individuales no son lo más importante. Las cifras pasan, las leyendas permanecen.