En 1796 –veinte años después de la independencia de los Estados Unidos– Moses Cleaveland fundó una ciudad en la desembocadura del río Cuyahoga en el Lago Erie. Cleaveland usó su apellido para el nombre de la ciudad aunque debido a que el nombre no cabía en el titular del periódico, se eliminó la “a” y se quedó como la conocemos en la actualidad. El lema de la ciudad de Cleveland es “Progreso y Prosperidad” porque la ciudad fue un ejemplo de crecimiento desde su fundación.
Siendo una ciudad asentada en uno de los Grandes Lagos, las comunicaciones acuáticas la hacen ideal. Los Grandes Lagos están conectados entre ellos y, por lo tanto, con el Atlántico norte a través de la vía marítima de San Lorenzo y con el Mar Caribe a través del río Mississippi. Esas conexiones acuáticas hicieron de Cleveland una ciudad por la que pasó el progreso continuamente y se fueron adaptando a la prosperidad que les llegaba.
En el caso del deporte profesional es una ciudad tradicionalmente perdedora. Los Indians ganaron las World Series en 1920 y 1948 y los Cavaliers el anillo de 2016. Aunque los Browns ganaron la NFL en cuatro ocasiones en la era pre-Super Bowl, desde 1964 no han ganado nada.
Cavaliers in the dark
De las 51 temporadas de los Cavaliers, han llegado a playoffs en 22 ocasiones, en cinco ocasiones han alcanzado las Finales y solamente una vez pudieron alzarse con el Larry O’Brien Trophy. Los Cavs son históricamente una franquicia perdedora. El 55% de las temporadas de los Cavs han sido temporadas con récord negativo.
Las únicas épocas salvables de la franquicia de Ohio fueron en la mayor parte de los años de Lebron y los años de Larry Nance, Mark Price y Brad Daugherty. Es que si somos muy exigentes, los Cavaliers solamente han pasado de ronda en playoffs en 1976 con Bill Fitch en el banquillo, en el 92 y 93 con Nance-Price-Daugherty y 9 de las 11 temporadas de Lebron ya que en las dos primeras temporadas de James, Cleveland se quedó fuera de la postemporada.
De echar sal en tierra árida a ver pequeños brotes verdes
Las últimas tres temporadas, los Cavs han sido un solar en los que han conseguido su 5º y 6º peores récords de su historia. Pero ya sabemos que en la NBA, lo malo puede tener su recompensa si la gerencia hace las cosas medianamente bien. Y Koby Altman ha conseguido hacer hacer realidad el lema de la ciudad de Cleveland, “Progreso y Prosperidad”. Altman fue nombrado GM de pleno derecho en 2017 con la ardua tarea de conseguir brotes verdes en una tierra árida en la que se había echado sal y cal viva. Altman tenía la encomienda de levantar un proyecto que había quedado en la UCI y sin esperanzas de recuperar el pulso. Pero aunque los Cavaliers, los Indians y los Browns no lo sean, Cleveland es progreso y prosperidad.
Así que Altman hizo magia en los drafts en los que ha tenido picks disponibles y a los movimientos con las piezas que tenían.
- 2018. Pick 8. Collin Sexton. Pick conseguido gracias al traspaso de Irving a Celtics
- 2019. Pick 5. Darius Garland
- 2020. Pick 5. Isaac Okoro
- 2021. Pick 3. Evan Mobley
- En 2018 consiguieron a Larry Nance Jr. gracias al traspaso de Isaiah Thomas.
- A comienzos de 2021, dentro del multi-traspaso de Harden, adquirieron a Jarret Allen y una semana después consiguieron desprenderse de Kevin Porter Jr.
- En la pretemporada de 2021 enviaron a Larry Nance Jr. a Portland y recibieron a Lauri Markkanen
Aunque su récord fue muy malo, la temporada 2020/2021 fue un halo de esperanza a las orillas del Lago Erie. Ver a los Cavaliers se acabó convirtiendo en una costumbre semanal porque Cleveland era un equipo muy divertido y muy atractivo para el espectador aunque el resultado final no les fuese favorable al finalizar el encuentro. Lo más importante, además del pick conseguido, fueron las bases que asentaron: Desarrollo de tres grandes jóvenes promesas como Sexton, Garland y Okoro y el pegamento interior con la llegada de Jarret Allen. Pero faltaba algo más.
Cleveland 2021, progreso y prosperidad
Y ese “algo más” llegó por triplicado. Primero tuvieron la suerte de que les cayó en el pick 3 Evan Mobley. La estrella de USC apunta alto para ser uno de los grandes forwards del futuro de la NBA. Mobley puede empezar acompañando a Pelocho Allen y jugando de ala-pívot o puede tomar el ejemplo de Jokic y ser un pívot ágil, móvil y con tanta capacidad de abrir la pintura como para destrozarla.
El gran refuerzo llegó del destierro de los Wolves. Ricky Rubio llega a Cleveland con el rol de veterano muy claro y como un base suplente de muchísimas garantías. Rubio puede ser de gran ayuda para Sexland y aportar muchísimo desde el banquillo.
Y luego llegó la incógnita finlandesa. No tenemos claro si vamos a ver el Lauri Markkanen de sus dos primeros años en Chicago –jugador interior consistente y con gran presencia alrededor del aro– o el de sus dos últimos años en la ciudad del viento –más abierto y desarrollando su tiro a media distancia y su triple– aunque lo que tenemos claro es que puede ser un recambio importante.
A un backcourt consistente con Sexland y Ricky se unen Pangos y Kyle Guy ante su última oportunidad de demostrar a la NBA que son más que grandísimos jugadores de NCAA.
En el frontcourt –además de Allen, Mobley y Markkanen– una pieza importantísima es Isaac Okoro. El que fue rookie la temporada pasada llegó a la NBA con la etiqueta de alero defensivo, como el mejor o uno de los mejores defensores de su camada y con gran poderío en la media distancia. Okoro incluso puede apoyar el juego interior debido a su gran tamaño. Su crecimiento y su desarrollo físico en la temporada pasada han dejado un poco obsoleto su posición de small forward. Igual habría que etiquetarlo como “no tan small” forward porque en un año se ha puesto bien fornido.
¿Es John-Blair Bickerstaff capaz de poner la guinda a la tarta?
El pobre Bickerstaff siempre ha tenido un rol secundario en la NBA o ha tenido la tarea de apagar los fuegos que otros habían creado. Desde luego que debemos ponerle en su haber el que los Cavaliers del año pasado fueran tan creativos y que los jugadores encajasen a la perfección. Aunque la duda está clara con respecto a que si John-Blair podrá ser capaz de aportar el extra que este equipo necesita.
Por lo menos se merece la oportunidad de que Cleveland asiente ese progreso y prosperidad. Bickerstaff se ha ganado el derecho de desarrollar a estos chicos y dentro de un año o dos ya veremos hasta dónde puede llegar el proyecto de John-Blair. Nadie le había dado la oportunidad y ahora puede conseguirlo ayudado por un bloque joven y muy talentoso.
Ayer y hoy, Cleveland es progreso y prosperidad
El proyecto de los Cavaliers ha llegado a un punto perfecto. El quinteto que he planteado es menor de 23 años, versátil, talentoso, físico y está cohesionado. El proyecto de Cavs está listo para dar un paso más aunque tampoco podemos pretender que Cleveland vuelva a estar en lo alto de la conferencia. El este se ha puesto muy complicado en estos dos últimos años y la competencia es durísima. Además hay otros equipos como Detroit que también son jóvenes y han demostrado que están sobrados de talento en esa plantilla.
El objetivo de los Cavaliers debería ser llegar al play-in y, por lo menos, avanzar una ronda en el mismo. Pero debemos tener claro que si esta situación no se cumple, tampoco debemos de plantear la quema de la ciudad y de la franquicia.
Si estos Cleveland Cavaliers tienen algo es tiempo y talento. Hoy más que nunca, Cleveland es progreso y prosperidad.