El gran Peret cantaba en su exito de 1966 «El muerto vivo», el curioso caso de un amigo suyo que tras una noche de juerga le daban por muerto, pero resultaba estar solamente «de parranda». En cierto modo esto también pasa en la NBA, por unas razones o por otras, todos los años hay mas de un muerto vivo que no estaba muerto, no, no… esta metiendo canastas
Demar DeRozean
El 18 de Julio de 2018 se certificó la muerte de este experto en la media distancia, y es que aunque partiera hacia una franquicia tan respetada como los San Antonio Spurs, solo quedaba Aldridge como algo parecido a un All Star. El bueno de Demar tuvo que ver como su equipo de siempre, los Toronto Raptors, ganaban un anillo sin el, un equipo por el que había luchado como figura principal desde la marcha de Bosh en el 2011.
Con el anillo y los playoffs de Kahwi, Demar quedó certificado como un gran anotador, cuya horrible defensa y deplorable acierto en el triple le convertían en un jugador incapaz de ganar un anillo. En San Antonio ya sin ningún miembro del Big Three, y ante un claro proyecto de reconstrucción, consiguió llevar a su equipo a siete partidos contra los futuros finalistas del oeste en los Denver Nuggets, aunque nadie lo recuerde o lo quiera recordar.
Lo cierto es que aquel momento de «purgatorio», sirvió al jugador de Compton para convertirse en un atleta mucho mas completo. Quizá haya sido la influencia de Pops o meramente circunstancial, pero la nueva estrella de los Bulls aprendió a ser terriblemente efectivo asistiendo en la media distancia, y comenzó a defender mejor, al menos dentro de un sistema coral repleto de ayudas.
Si a ello le añadimos una mejora sustancial desde el triple, acompañada por una buena elección al respecto de cuándo lanzar el balón y cuándo asistir a un compañero, tenemos a el muerto vivo mas claro de la temporada. El jugador que tienen los Bulls, no es el mismo jugador de Toronto, es una versión que le permitirá al de Compton volver a ser All Star por primera vez tras su «defunción».
Ricky Rubio
Tras un periplo de mediocridad en los Timberwolves, Ricky consiguió formar parte de un proyecto ganador en unos Jazz que comenzaron a ganar cuando nadie lo esperaba. Los dos viajes a semifinales de conferencia certificaban que si bien Utah tenía un buen proyecto, necesitaban dar un paso adelante, y ese paso fue sustituir al español por Conley, he aquí la primera muerte.
Los Suns le dieron al base catalán un contrato de clase media y obtuvieron por primera vez a alguien capaz de generar juego para Booker y para los demás, el resultado era satisfactorio, tanto que acabaron siendo una de las sorpresas en la burbuja. Y sin embargo de nuevo se puso a tiro una opción que el equipo estimó como el siguiente paso adelante, CP3 entraba en unos Suns qué explotaron y Ricky se fue de nuevo a la fría Minesotta.
Con un nuevo papel como base sustituto y desilusionado tras comenzar dos proyectos que no continuaron con el, Ricky firmó el año pasado algunos de los peores números de su carrera. Su periplo en Estados Unidos pintaba mal, especialmente tras ser traspasado a un equipo en principio con pocas aspiraciones como los Cleveland Cavaliers.
Y sin embargo Ricky se convirtió en el muerto vivo una vez más. Actualmente el base esta llevando a cabo el mejor promedio anotador de su carrera, y demostrando que ese genio del baloncesto que vemos en. la selección española, puede trasladarse a la NBA. Independientemente de si los Cavs consiguen dar un paso adelante, podemos decir que la resurrección de Ricky ya la tenemos aquí
Los Warriors
La resurrección de la dinastía se olía en el aire, pero todos pensábamos que llegaría mucho antes, hasta el punto de que cuando ha acontecido, nos ha pillado a todos por sorpresa. 2019 era el primer año sin Durant, y con Klay y Curry lesionados, los Warriors dieron por hecho que lo mejor que se podía hacer era quedar lo mas alto en el draft, y lograron nada menos que un número 2.
Quizá ese fue el primer signo de defunción anticipada, ya que en vez de elegir a Lamelo, los Warriors se decantaron por Wiseman, elección comprensible en su momento, dada su historia necesidad de un pivot de garantías. Pero el extraño 2020 dejó claro que al joven interior le quedaban muchos años por delante. El segundo signo fue la depresión anotadora de Green, quien ahora sabemos ni siquiera lo estaba intentando, y el tercero y final un Curry al que le llevó un tiempo recuperarse.
La extraña sensación de un roster formado por lesionados, estrellas aparentemente mayores y fallos o bajas rondas en el draft, dieron motivos a muchos para tachar a Golden State y ponerle la cruz a 6 metros bajo tierra. Sin embargo el muerto vivo de esta ocasión, estaba recuperando al mejor Curry, quien llegaría a discutir el MVP, y estaba sacando provecho de jugadores de rol como Lee, Poole, etc…
Tras el Currysistema del año pasado, parece que en GSW estan dispuestos a volver a jugar al «tiki taka» de Kerr. No solo han recuperado a Wiggins para el baloncesto tras deshacerse de Rusell, además han rodeado a Curry y Green de una mezcla de jovenes cada vez mejores, junto con viejos conocidos como Igoudala, o jugadores poco aprovechados como Bjelica, o Porter Jr.
Y todavía falta el muerto por revivir, Klay Thompson.
Paul George
Supongo que para muchos la resurrección de PG13 comienza en esos partidos 5 y 6 contra Utah, pero aquel destello duró poco, ver este nivel de George durante al menos un mes da la confirmación, PG no estaba muerto, solo estaba tras la sombra de Kahwi. Lo cierto es que desde la lesión de Leonard, el bueno de PG ha tenido mas tiros y mas tiempo de posesión que nunca en los Clippers, y se nota.
Tan solo hay que mirar alrededor para ver un vestuario que se derrumbaría sin la capacidad multiusos de PG, no me malinterpretéis, Reggie Jackson, Eric Bleadsoe, Nicolas Batum, Terence Mann… no son malos jugadores, pero posiblemente no estarían quintos en el Oeste por su cuenta. Esta versión de PG se parece a la que compraron los Clippers, aquella que jugaba con Westbrook, la que situaba al alero como el mejor en su posición solo por detrás de Lebron.
El problema de esta resurrección es que es difícil que Paul no vuelva a la tumba con el regreso de Kahwi. PG no es un tirador al uso, es un creador de juego, y sin el balón en sus manos no puede sacar todo el potencial que existe en su interior. Este año debería valer para frenar los chistes de Pandemic P durante una buena temporada, porque cuando PG es la primera espada, es una de las mas afiladas.
La única esperanza para mantener este nivel es que Lue consiga inventar un sistema que beneficie a los dos, al fin y al cabo, no hay muchos entrenadores mejores que él en los ajustes.