La NBA está ya en la recta final de los playoffs, solo quedan vivos cuatro equipos. Sin embargo, no son los que la mayoría de fans esperábamos, ni mucho menos. Este año está siendo raro, están pasando cosas inusuales. Un ejemplo de ello son los Atlanta Hawks, un equipo que nadie tuvo en cuenta y que se ha plantado en las finales del Este. Pero no todo han sido buenas noticias, algunos equipos han fracasado, como Philadelphia y Brooklyn. Fracaso y decepción.
El caso de los Sixers quizás sea menos justificable, pero ambos equipos han decepcionado a sus aficionados cayendo en semifinales de conferencia. La historia de los Nets es diferente, ya que las lesiones les han afectado con mayor relevancia, pero ahora mismo eso solo son excusas, el súper equipo de Nash ha fracasado.
Kevin Durant no ha sido suficiente
Seamos claros, el equipo de Brooklyn estaba construido para ganar el anillo, o mínimo llegar a las finales de la NBA. De hecho, cuando se produjo el traspaso que trajo a Harden, muchos dijimos que no ganar el Este sería un fracaso, y es lo que ha pasado. Sí, ha habido lesiones importantes que han afectado a la plantilla, pero eso no es una excusa para perder una ventaja de 2-0. Sin Harden, los Nets aplastaron a Milwaukee en el segundo partido y consiguieron llevarse el primero, por lo que eran perfectamente capaces de ganar sin él, lo demostraron.
En el tercer partido Irving seguía sano, y perdieron. De hecho, el único partido en el que Durant tuvo que jugar solo fue el cuarto a partir de la desafortunada lesión de Irving. Harden jugó los tres últimos partidos, a medio gas, pero al 50% ya es un jugadorazo. Por lo tanto, en seis de siete partidos, los Nets pudieron contar con al menos dos de sus tres súper estrellas.
Eso sí, KD ha hecho todo lo posible por evitar la debacle, pero no ha sido capaz. No se le puede reprochar nada, él es el artífice de que la serie se haya alargado hasta el séptimo partido, y por milímetros no metió a los Nets en finales de conferencia. Si su pie fuese más pequeño, los de Brooklyn habrían pasado de ronda. Sus promedios en esta serie son de extraterrestre: 35.4 puntos, 10.6 rebotes, 5.4 asistencias, 49.7% en tiros de campo y 35.2% en triples. Además, ha tenido dos partidos con más de 48 puntos, cuatro dobles-dobles y un triple-doble. Por no hablar de ese triple imposible y surrealista para ganar el Game 5, o del casi triple en el Game 7 que envió el encuentro a la prórroga. Fracaso y decepción.
En definitiva, la temporada de los Nets es un fracaso, el proyecto de Brooklyn ha fracasado este año. Sea por lo que sea, ha fracasado.
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— MassiveBall (@MassiveBall) June 20, 2021
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El final del proceso ha llegado
En Philadelphia la cosa está que arde. Otro fracaso de Doc Rivers, al igual que el año pasado con los Clippers. Pero él no es el único culpable, la gente está señalando a un jugador por encima de los demás. Ben Simmons es el gran culpable de la eliminación de los Sixers, además de Trae Young y el ataque de Atlanta.
Los Hawks han eliminado al equipo que quedó líder de la temporada regular en el Este, el equipo que parecía tener un camino fácil hasta las finales de conferencia. Sin embargo, las cosas se le han complicado en semifinales, tanto que no han podido ganar al quinto clasificado de la temporada regular. Desde mi punto de vista, el fracaso de los Sixers viene provocado por dos razones principales que están relacionadas entre sí.
En primer lugar y el más evidente, el mal rendimiento ofensivo de Ben Simmons. El australiano no ha dado la talla en ataque, no ha sido el jugador que algunos esperábamos y su salida de Philly parece inevitable. Hay una estadística que refleja a la perfección la incapacidad ofensiva de Simmons; entre todos los últimos cuartos de los siete partidos el australiano ha intentado tres tiros. Y en los últimos cuatro encuentros no realizó ningún tiro de campo en los últimos cuartos. Parte de esta desconfianza en sí mismo viene provocada por el «hack a Simmons», muy bien empleado por McMillan y los suyos. Su estadística en tiros libres en estos playoffs ha sido la peor de la historia de la NBA con al menos 70 intentos, un 34.2%. Peor que Shaq en 2006, año en el que el pívot de los Lakers firmó un 37.4% desde la línea. Fracaso y decepción.
Recuperar los anillos olvidados
En segundo y último lugar, la actuación coral del equipo de Rivers ha sido deplorable. En el cuarto partido y con un 2-1 a favor en la serie, los Sixers tenían una ventaja de 18 puntos, pero perdieron el partido. La ventaja llegó a los 26 puntos en el quinto partido con solo un cuarto por delante, pero volvieron a perder. Embiid ha sufrido igual que Durant, ambos han estado prácticamente solos en sus respectivas eliminatorias, aunque Seth Curry ha acompañado al camerunés en más de un partido, pero no ha sido suficiente.
En definitiva, el «trust the process» ha llegado a su fin. Desde aquella milagrosa canasta de Kawhi Leonard en 2019, los Sixers no son los mismos, el proyecto liderado por Joel Embiid ha fracasado de manera estrepitosa. Vienen tiempos duros en la ciudad del amor fraternal, nuevos compañeros para el pívot camerunés y nuevas caras llenas de esperanza en el vestuario. Fracaso y decepción.