Gonzaga y el Estudiantes

Universidad de Gonzaga, fundada en 1887 con 7 alumnos
Universidad de Gonzaga, fundada en 1887 con 7 alumnos.

Primera Parte: Narración

   ¡Fue el momentazo de la temporada! Jalen Suggs lanza desde el centro del campo y el balón se cuela por el aro tras golpear el cristal iluminado en color rojo. Gonzaga y el Estudiantes.

   Suggs salta sobre la mesa de anotadores digno de recibir fama y gloria mientras grita: ¡yeeeessss!.

   Al mismo tiempo, a miles de kilómetros, en el salón de mi casa, la excitación del momento me traslada a Indianápolis y grito:¡Buaaaaa! mientras mi vecina golpea ferozmente la pared con el palo de la escoba gritando: ¡Que no son horas!.

   Con esa victoria frente a UCLA en la prórroga, Gonzaga alcanzaba el partido por el campeonato sin conocer la derrota a lo largo de la temporada (31-0) y como favorito unánime al título nacional (ningún campeón invicto en la NCAA desde Indiana en 1976). Sin embargo, los planes de Baylor eran otros.

   Los Bears trituraron a Gonzaga en la final (86-70) y no quedó aspecto del juego que no dominaran (rebote, transiciones, banquillo…).

   Punto y seguido a un lustro exitoso para los Bulldogs: 5 temporadas por encima de las 30 victorias y dos finales perdidas que hacen torcer un poco el gesto.

   En 2017, Mark Few se presentaba en la Final Four de Phoenix con el mejor equipo en la historia del programa: Nigel Williams-Goss, Jordan Mathews, Josh Perkins, Killiam Tillie, Zach Collins, Przemek Karnowski… ¡37 victorias sumaron ese curso!.

Hoosiers: mas que ídolos

   La derrota contra North Carolina fue decepcionante en caliente, pero ya en frío el pensamiento era: No pasa nada. Aún así, el gran partido de Joel Berry, Justin Jackson y sobre todo la dirección de Roy Williams (entrenador de los Tar Heels de UNC) destaparon las primeras reflexiones en Spokane sobre la deriva que debía tomar el programa.

   Gonzaga continuaba su particular viaje desde el abismo de una mid-major (West Coast Conference) hasta ser un programa consistente que se sentaba a la mesa con la aristocracia de la liga. El proyecto que Mark Few había comenzado en 1999 completaba hitos año tras año y solo parecía una cuestión de detalles dar el salto definitivo (por ejemplo establecer un calendario non-conference mas exigente). Jóvenes como Rui Hachimura o Zach Norvell Jr. ya tiraban la puerta abajo de modo que el futuro invitaba al optimismo.

   Y en esas seguimos desde entonces, porque lo de los Zags se ha vuelto un déjà vu. Tras perder a Jalen Suggs (Orlando Magic), Corey Kispert (Washington Wizards) y Joel Ayayi (L.A. Lakers), el plantel con el que cuentan para afrontar la temporada 21-22 es de taza y media ,al punto de queaparecen de nuevo como grandes favoritos…vaya tela!.

   Pero quiero detenerme ahora en un asunto a mi parecer muy importante: Gonzaga ha incorporado mucho talento durante offseason, pero la universidad y el programa de baloncesto masculino también han perdido dos hombres vitales. El director deportivo Mike Roth se retiró en Junio después de 24 años dando lustre a todos los programas de la Universidad desde el cross-country al baseball, con especial atención a su auténtica vocación, el masculino y femenino de baloncesto.

   Las cosas bien hechas no suceden por generación espontánea y la baja de Roth puede ser significativa (atención porque Gonzaga no ha pescado ningún pez gordo entre los reclutas 2022).

   También se acusará la baja de Tommy Lloyd, un hombre de la casa en el más amplio sentido de la palabra que da un paso adelante en su carrera al ser contratado como entrenador jefe de la Universidad de Arizona.

   Pero de momento la realidad es tozuda: Andrew Nembhard, Drew Timme, Hunter Sallis, Nolan Hickman…y Chet Holmgren, el huevo duro del picnic, número 1 de su promoción y candidato al puesto más alto en próximo draft de la NBA.

  Mientras Mark Few trabajaba con el Selected Team que servía de sparring a la selección USA que representó a su país en los Juegos Olímpicos de Tokio, Chet no perdió el tiempo y aprovechó un hueco entre promoción y entrevista para viajar a Letonia y proclamarse campeón del mundo U-19. En Riga protagonizó duelos extremos con Zach Edey y Victor Wembanyama.

   Este big guard (como él mismo se define) dio rienda suelta a su hype tras aquel caño que le hizo a Stephen Curry en el SC Select Camp. Tampoco es que lo necesitara, pues hace tiempo que focaliza todas las miradas.

   Compañero de Jalen Suggs en la Academia Minnehaha durante la escuela secundaria, su elección por Gonzaga era evidente antes de que la hiciera pública (aunque su padre Dave jugó para la universidad de Minnesota, los Golden Gophers no son un destino atractivo).

   Un 7 pies con tiro, velocidad, manejo, buen tempo para taponar … falta ver como encaja con Drew Timme pero en principio los augurios son terroríficos para sus rivales (y no lo digo por el mostacho de Timme).

Segunda Parte: Opinión

   Esta temporada es mas importante para Gonzaga de lo que pueda parecer a simple vista. Esta universidad es como el nuevo rico que por mucho dinero que tenga no acaba de ser aceptado en las fiestas de la jet-set y es mirado con recelo por condes, duques y reyes. Tampoco tiene el soporte de un gran equipo de fútbol (en este caso american football) como sucede en España en clubs como Real Madrid o F.C.Barcelona.

   Durante los años 90 el Estudiantes compitió de tú a tú con los mejores clubes de Europa y en algún momento fue el primer equipo de Madrid. Sin embargo, sus estrellas: los Antunez, Herreros, Orenga etc. terminaban firmando con el eterno rival, primero por una cuestión económica, pero también por esa sensación de interinidad en la élite que es precisamente de la que huye Gonzaga.

Vincular una Sociedad Anónima Deportiva con un centro educativo privado (católico-jesuíta) puede parecer pretencioso. Los Zags llevan muchos años entre los mejores, pero también los llevaba el Estudiantes y esta temporada jugará en LEB Oro mientras Madrid y Barça pelean una vez más por ganar la Euroliga.

Para evitar que esto suceda, a ambos lados del Atlántico se maquinan Superligas o Superconferencias.

  De momento, el proyecto de Mark Few goza de buena salud pero les vendría genial la inyección de éxito que supone ganar el torneo de la NCAA, sobre todo para que el March Madness (la locura de Marzo) no termine por convertirse para ellos en el March Illness (la enfermedad de Marzo).