Había una vez, hace mucho, mucho tiempo una joven muy bella, tan bella que no hay palabras para describirla. Se llamaba Cenicienta. Todos conocemos el cuento de Cenicienta o, por lo menos, sus versiones más conocidas como la de los hermanos Grimm o Disney. Y poco tiene que ver con las Cenicientas del Madness. Resumiendo muy mucho, la historia de Cenicienta es un cuento de hadas en el que una pobre chica muy mal tratada por sus hermanastras envidiosas y su madrastra amargada, consigue casarse con un hermoso príncipe. Disney nos lo ha edulcorado mucho puesto que la versión original de Giambattista Basile o de los hermanos Grimm es un poco sádica.
Por ejemplo, cuando las hermanastras tienen que probarse el zapato y para que les entre, una se corta los dedos y la otra el talón. El príncipe se da cuenta de la estafa porque la sangre desbordaba por el zapato. O que en la ópera de Rossini usan un brazalete en lugar de un zapato. Pues en nuestro amado deporte, también tenemos nuestras historias de Cenicienta. El torneo de la NCAA es famoso por muchísimos factores, pero uno de los aspectos que más llama la atención cada año son las Cenicientas del Madness.
Esas universidades más grandes o más pequeñas que consiguen alcanzar un éxito mayúsculo llegando desde rondas de repesca o desde conferencias “menores” o incluso de rebote porque se aprovechan de que otros han conseguido echando a los grandes favoritos.
Villanova 1985, la Cenicienta de Jacob y Wilhelm Grimm
Es curioso que los Wildcats se coronasen campeones de la NCAA y unos meses después naciese un futuro fan de Villanova. La verdad es que, cuando empecé a seguir a los Wildcats, no tenía ni idea de este dato. Casualidades de la vida. Pues Villanova es una de nuestras Cenicientas del Madness por su desempeño en 1985.
Los Wildcats fueron campeones del Madness llegando desde un seed 8 en su cuadro, como 4º de la BigEast y estando toda la temporada fuera del Top 25 salvo 6 semanas que estuvieron: 16, 18, 14, 18, 19, 16. Aunque en el ranking global debería ser el 23º equipo de la temporada.
Consiguieron un récord de 25-10, de los que 9-7 fueron en la conferencia. En el torneo de conferencia no pudo superar al todopoderoso St. John´s, que venía como campeón de la Regular Season.
La temporada de los Wildcats no había sido ninguna maravilla ni habían destacado en exceso. Pudieron haber salvado la temporada en el torneo de conferencia pero cayeron contra la St.John ‘s de Chris Mullin. Y luego, tras un torneo perfecto, se cargaron en la final a la Georgetown de Pat Ewing.
De esos sorprendentes campeones, tres jugadores llegaron a la NBA:
Ed Pinckney: Elegido por los Suns en el pick 10. Estuvo 12 años en la liga.
Dwayne McClain: Elegido por los Pacers en el 27 con su 3º pick de 2º ronda. Solamente jugó esa temporada en la NBA, varios años en ligas menores y acabó su carrera jugando varios años en Australia.
Harold Pressley: Los Kings lo seleccionaron en 1º ronda en el pick 17. Jugó cuatro años en Sacramento, posteriormente en ACB y la liga francesa. En España ganó dos ACB con el Joventud y terminó su carrera jugando en León.
UConn 2014, la Cenicienta de Charles Perrault
En 1697, Chales Perrault publica una recopilación de cuentos de hadas entre los que encontramos: La bella durmiente del bosque, Caperucita Roja, Barba Azul, El Gato con Botas, Las hadas, Cenicienta, Riquete el del copete o Pulgarcito. Son historias duras y alejadas de las versiones acarameladas modernas. Y, como le pasará al equipo masculino de la Universidad de Connecticut, siempre ha estado a la sombra de su versión mucho más superior y famosa.
Jugadores a seguir en el Madness
Aunque el equipo más importante Universidad de Connecticut es el de baloncesto femenino, la última década de los 90 y todo el S.XXI UConn es la universidad más exitosa del baloncesto. Desde 1995, las chicas han conseguido 11 campeonatos, llevan pisando la Final Four desde 2008 y tienen un récord histórico de 126 victorias seguidas en regular season. Pero los chicos tampoco son el patito feo. En 1999 consiguieron su primer Madness, repitiendo título hasta conseguir la cifra de cuatro campeonatos.
La temporada 2013/2014 fue bastante normal, acabando la regular season segundos con un 24-7. Perdieron la final de conferencia contra una Louisville entrenada por Rick Pitino que ni debería haber competido en esta conferencia. Luego en el Madness y con un seed 7, fueron cargándose favoritos por nombre o con jugadores supuestamente mejores. La Final Four enfrentó a dos equipos que venían de eliminar a dos favoritos claros como eran Wisconsin y Florida. Por ejemplo, UConn eliminó a los Gators de Billy Donovan con Finney-Smith a la cabeza. Y Kentucky dejó fuera a los Badgers de Kaminsky y Dekker que llegarían a la Final al año siguiente.
Los supervivientes
Pero llegamos a la final donde una UConn muy normalita se enfrentaba a la todopoderosa Kentucky de John Calipari, experto en hacer reclutamientos épicos y que contaba con 7 futuros NBA entre los que hoy destacan Cauley-Stein o Julius Randle. En los Huskies, solamente alcanzó la mejor liga de baloncesto del mundo un jugador. Shabazz Napier fue seleccionado por los Hornets en el 24 y no tuvo una carrera demasiado productiva. Sus seis temporadas las pasó de un equipo a otro jugando como secundario y pasando totalmente desapercibido.
Kentucky 2014, la Cenicienta de Rossini
En 1817 Rossini, uno de los mejores compositores de ópera, publica su versión de la Cenicienta. Esta versión no cuenta con la madrastra si no que es un padrastro. Tampoco tenemos hada madrina si no que lo sustituye por un filósofo que es tutor del príncipe. Y en lugar del zapato, Cenicienta es descubierta por un brazalete. Además, Rossini escribe el papel de Cenicienta para una contralto (la voz más grave de las mujeres) cuando en las versiones Disney suele adjudicarse a sopranos por ser la voz más aguda de las mujeres.
Precisamente, esos Wildcats también están considerados una de las mejores cenicientas del Madness porque llegaron a la Final como seed 8 del torneo. Pero es que con la calidad de desarrollo de Calipari y con sus reclutamientos antológicos, me parece un poco excesivo meterlos en el saco de Cenicientas del Madness. Incluso en la temporada regular acabaron como 15º global, 2º de la SEC, finalistas del torneo de conferencia y se cargaron a Wichita State y Wisconsin en el Madness. Por supuesto que es un logro que un 15 global y con un seed 8 en el Madness consiga ser subcampeón de la NCAA. Aunque Kentucky es un programa con tanto peso de reclutamiento y con un entrenador tan potente, que me resulta un poco osado considerarlos Cenicientas del Madness.
Butler 2011, la Cenicienta más Disney.
En 1950 y tras (en la actualidad) sorprendentes fracasos en taquilla con Pinocho o Bambi, Disney utilizó la historia de Cenicienta para una de sus películas animadas más míticas. El argumento, como todo lo que suele hacer Disney, es mucho más blanco y edulcorado que las versiones anteriores, de modo que fuese apta para los niños. Igual no era muy apropiado meter las amputaciones de los dedos y talones de las hermanastras por orden de su madre.
La coronación de Brad Stevens se produjo sobre todo en esos dos años seguidos, en los que llevó a los Bulldogs a la Final de la NCAA. La temporada 2010 fue un escándalo, llegando a encadenar 25 victorias consecutivas y que pudo haber acabado en campeonato si ese tiro final sobre la bocina de Gordon Hayward hubiese entrado.
Pero centrémonos en la temporada siguiente. En 2011 y tras el batacazo del Madness anterior, Butler llegaba con un equipo sin estrellas y con la moral por los suelos. Aunque en la regular season quedaron segundos tras Milwaukee Panthers, el torneo de conferencia se lo ganaron. Y aunque Butler llegó a la Final del Madness tras 14 victorias consecutivas, en el global de la temporada eran el mísero 52 de la nación. Ahí es donde está el mayor mérito del equipo entrenado por Brad Stevenson y lo que les convierte en una de las Cenicientas del Madness que más nos ha sorprendido en los últimos años.
Bonus Track
Cada año, en caliente, todos acabamos poniendo las etiquetas de Cenicientas del Madness a diferentes programas que creemos que llegan desde las catacumbas de la NCAA pero analizando con calma descubrimos que no son tan underdog. Probablemente todos recordemos la Loyola-Chicago de 2018. Tal vez el destino pudo habernos regalado una sorpresa mayúscula con Oregon State en el Madness de 2021. Los Beavers llegaron al Madness gracias a haber ganado el torneo de conferencia, puesto que en la regular season no se habían ganado el derecho a participar en el gran baile. Por lo que, si Oregon State no hubiese sido barrida por Houston, los Beavers habrían sido el seed más bajo en llegar a la Final Four, puesto que venían con el seed 12.
Y tenemos dos grandes Cenicientas del Madness que se han plantado en la Final Four llegando desde el First Four. El First Four es esa ronda previa al gran torneo a modo de play-in o repesca en el que se intenta meter a cuatro equipos más y añadir una ronda más al torneo con lo que ello implica. Pues en 2011, VCU fue el primer equipo que llegó a la Final Four desde esta ronda de repesca y en 2021, UCLA ha hecho lo propio desde el First Four.
La historia de UCLA pudo haber sido totalmente diferente. Hasta el 28 de abril de 2020 los Bruins tenían comprometido a Daishen Nix, que es el tecer mejor base de la clase. Nix rompió su compromiso con UCLA y se fue al Ignite de la G-League, lo cual no le fue muy satisfactorio para su desarrollo. Por si fuera poco, la estrella del equipo Chris Smith se rompió el cruzado a comienzos de enero y dio por terminada su temporada y, probablemente su carrera en los Bruins. Pese a estos dos tremendos inconvenientes, UCLA ha llegado mucho más lejos de lo que esperaban en enero. VCU perdió contra Butler, la que sería la subcampeona del Madness. ¿También UCLA quedará eliminada contra el subcampeón de la NCAA?