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Las redes defensivas de Brook Lopez

Brook Lopez ha completado una de las transformaciones más singulares y asombrosas protagonizadas por un big man en la historia reciente de la NBA. De moverse exclusivamente en la pintura –en sus ocho primeras temporadas el 68,6% de sus intentos a canasta los realizó a menos de tres metros– y ser considerado un jugador blando en defensa, el pívot se ha adaptado a los tiempos modernos emergiendo como un tirador –más de la mitad de sus tiros a canasta han sido triples en el último lustro–, además de una de las principales anclas defensivas de los Milwaukee Bucks.

Sobre el papel, Lopez no comprende el molde habitual de un defensor dominante. No es rápido, no posee un desplazamiento lateral certero, no presenta una gran capacidad de salto ni destaca por su potencial reboteador. En su lugar, el veterano pívot solventa todas estas limitaciones con su envergadura y una gran inteligencia defensiva que le permite leer el ataque rival y posicionarse en el lugar correcto para desmoronar las intenciones del oponente.

Desde la llegada de Brook, los Bucks han liderado la NBA en ratio defensivo en tres ocasiones, contando la actual. Y no es ninguna casualidad que los de Wisconsin cayeran hasta la 14ª posición el pasado curso, cuando el center tan solo pudo disputar trece partidos por una lesión de espalda.

Esta temporada, los Bucks están recibiendo 106,5 puntos por cada cien posesiones. Y Lopez forma parte de nueve de los diez quintetos de Milwaukee con mejor defensive rating, entre todos aquellos con un mínimo de diez minutos en pista. Jrue Holiday aparece en siete ocasiones. Giannis Antetokounmpo, en cuatro. Si enfocamos la estadística en el apartado individual, encontramos el siguiente dato: los Bucks encajan 8,5 puntos menos por cada cien posesiones cuando Lopez está en cancha.

Brook ha sido uno de los principales encargados de defender el aro como parte de la premisa inamovible de Mike Budenholzer de colapsar la pintura con el objetivo de no permitir puntos fáciles y asegurar el rebote. Aunque fuera a costa de desproteger el perímetro: desde 2018, los Bucks lideran la NBA en partidos en los que han permitido 20 o más triples a su rival (36), muy por delante del más próximo perseguidor, los Hornets (23). Por si fuera poco, tres de las ocho regular season con más triples encajados en la historia de la liga llevan la firma de los Bucks de Budenholzer.

Esta filosofía defensiva ha devuelto una de cal y otra de arena. Por una parte, permitió a los Bucks conquistar un anillo de la NBA medio siglo después del anterior. Por la otra, facilitó los ajustes rivales: los Celtics les anotaron 17 o más triples en cuatro partidos antes de eliminarlos a siete partidos el pasado curso. De este modo, Budenholzer ha dado una vuelta a de tuerca a su sistema defensivo, situando al propio Lopez como el principal anclaje en diferentes situaciones.

Esta temporada, los Bucks están permitiendo 32,2 intentos de triple por partido a sus rivales. Ocho menos que el pasado curso. Y si bien el porcentaje del oponente es el mismo (35,6%), este menor volumen anotador se está traduciendo en recibir nueve puntos menos por encuentro.

Esta mayor cobertura exterior se traduce en una serie de implicaciones directas para Lopez. Si bien es cierto que muchas situaciones se resuelven con el habitual drop para proteger el aro, las ayudas defensivas más cortas y la mayor presencia exterior le han impulsado a salir de su zona de confort para ser más agresivo ante las situaciones de tiro. De hecho, Lopez está punteando una media de 17,8 lanzamientos por partido, muy por delante del segundo clasificado, Ivica Zubac (13,1).

Aunque Lopez había rondado esta cifra en las últimas tres temporadas, existe una novedad al respecto: nunca había defendido directamente tantos tiros desde más allá de los 15 pies, aproximadamente 4,5 metros de distancia al aro. Así, encontramos que Lopez se ha medido directamente a perfiles muy distintos con resultados igual de positivos en lo que a acierto rival se refiere.

Jugador rivalIntentos a canastaPorcentaje de aciertoMinutos de emparejamiento
De’Andre Hunter1-714,3%1:57
Shai Gilgeous-Alexander1-616,7%1:16
Darius Garland2-922,2%1:29
Luka Doncic1-425,0%1:19
Jusuf Nurkic4-1136,4%6:54
Cade Cunningham6-1637,5%2:31
Donovan Mitchell3-837,5%1:34
Joel Embiid17-4141,5%20:45
Nikole Vucevic3-742,9%6:31
Anthony Edwards3-742,9%0:46
Kyrie Irving4-944,4%0:58

Cuando la comunicación defensiva funciona empuja el rival a una encerrona: una mala situación de tiro o el lanzamiento desde media distancia, la zona menos productiva del baloncesto según la corriente actual que impera en la NBA. Una distancia en la que los 227 centímetros de envergadura de Lopez causan estragos. De hecho, el interior ha colocado un total de 25 tapones sobre un atacante situado entre los cuatro y los 14 pies de distancia, la cifra más alta de toda la liga. Así, no es de extrañar que Brook lidere la NBA en tapones totales (57) y que solo Jaren Jackson Jr. le supere en tapones por partido (3,0) aunque con 14 encuentros menos a sus espaldas.

Por supuesto, Lopez no es, ni mucho menos, el único defensor excepcional en el roster de los Bucks pues Giannis Antetokounmpo, Jrue Holiday o Jevon Carter también tienen mucho que decir. Pero sí que es cierto que Budenholzer está sabiendo exprimir todas sus virtudes mientras este responde a los distintos desafíos y contextos a los que el técnico lo ha puesto.

En consecuencia, a nadie pilla por sorpresa que Brook Lopez se haya situado en lo más alto en la carrera hacia el premio al Defensor del Año según las principales casas de apuestas. La temporada es larga pero, una vez más, Lopez ha demostrado ser un maestro en lo que a inteligencia y adaptación al entorno baloncestístico se refiere.