Los gigantes del norte

Los gigantes del norte. MassiveBall. Podcast NBA en español
El Milwaukee Art Museum contiene tanto arte como el Fiserv Forum

En abril de 2017 la banda indie Igloo publicó una nueva canción para promocionar su próximo álbum “Aquellos maravillosos daños”. La banda gallega cumplía 15 años en activo y quería celebrar esa efeméride con un homenaje a sus fans. Meses habían hecho un llamamiento a sus fans para que enviaran unos segundos de vídeo en el que mostraran un acontecimiento importante en sus vidas, una situación que fuera llamativa para ellos o lo que ellos quisiesen. El resultado fue un precioso vídeo en el que los fans de Igloo se mostraban con su familia, clips de bodas, cumpleaños, mascotas, bebés, conciertos…Gigante fue el título y gigante fue el resultado, tanto que podríamos decir que incluso los encumbró como los gigantes del norte.

Además de ser una canción muy poderosa y muy enérgica, tiene una letra hecha para el momento y para perdurar eternamente. La letra de Gigante habla de superarse a sí mismo, de guardar y recordar siempre los buenos momentos vividos, habla de la importancia de la comunidad como un puzzle. Como no podía ser de otra forma el vídeo de Igloo –y en clara referencia al nombre de la banda y de sus primeras canciones– hay presencia wisconsiniana. Son solamente unos escasos segundos pero se ve a un desequilibrado haciendo el payaso sobre un lago helado a menos de diez grados bajo cero. 

Los gigantes del norte

Cuando Igloo publicó el videoclip la NBA estaba a punto de conceder el Most Improved Player Award a Giannis Antetokounmpo por su espectacular temporada 2016/2017. Aún quedaría una temporada más de desarrollo del gigante griego y del equipo de Milwaukee. En 2018 la franquicia de Wisconsin pegaba un volantazo y comenzó una apuesta por un proyecto que llevaba en crecimiento exponencial desde la llegada de los nuevos propietarios. John Horst se hacía cargo de la gerencia de los Bucks y puso en el banquillo a Mike Budenholzer que había sido el asistente más importante de Popovich y que había realizado grandes campañas en los Hawks.

Tras dos temporadas regulares espectaculares, los gigantes del norte, se empequeñecían cuando la postemporada llegaba a sus momentos más importantes. Se había intentado con quintetos de diferente calibre y no había funcionado en esos dos años. Así que el nerviosismo de unos fans –acostumbrados al hielo a las bajas temperaturas– empezó a caldearse y las voces que empezaron a pedir la cabeza de Budenholzer se multiplicaron. Pero Horst confiaba plenamente en su proyecto y le dio su confianza al staff aunque había varias piezas importantes que tocar: recuperar a un asistente de tiro (Josh Oppenheimer) de los comienzos de la estrella griega, conseguir un base importante y defensor (Jrue) y jugadores de refresco para el juego interior y con carácter (Bobby).

Medio siglo después los Bucks vuelven al Olimpo

El anillo de 1971 liderado por Kareem y Big O se produjo en la tercera temporada de la existencia de la franquicia de Wisconsin. Aunque Kareem era la estrella absoluta de ese equipo, no podía luchar contra los elementos y fue gracias a la llegada de un gran base como Oscar Robertson que le dio el último impulso que le faltaba al equipo de Abdul-Jabbar.

En 2021 pasó exactamente lo mismo. El proyecto se encontraba en el tercer año, aunque las piezas clave llevaban desde 2013. Tras dos grandes temporadas regulares con sus consiguientes decepciones en final de conferencia y segunda ronda; optaron por desoír a los millones de expertos que predecían un nuevo fracaso en postemporada. Los Bucks no querían ser los gigantes del norte, querían ser los gigantes de la NBA. Para ello decidieron que los premios individuales y el récord de temporada eran irrelevantes. El planteamiento de staff y jugadores era claro: una pretemporada de 72 partidos en la que probar absolutamente todo y prepararse para el fuego real en la postemporada. 

Con todas esas pruebas, la gerencia y el equipo técnico se percataron de que faltaba una pieza clave para anclar la defensa perimetral aunque Jrue Holiday y Donte DiVincenzo sean defensores élite. Así que en marzo, los Bucks apostaron todo por P.J. Tucker a cambio de Augustin y Wilson, además de soltar a Torrey Craig para liberar espacio salarial. Se perdía al base suplente, que había sido muy importante y a un refresco de Giannis con triple y buen defensor, pero se ganaba fortaleza defensiva interior y exterior además de un veterano de guerra que iba a dar mucha batalla en momentos clave.

Y gracias a esos movimientos y al “entrenamiento” durante 72 partidos, los Bucks consiguieron proclamarse campeones  de la NBA por segunda vez y justo 50 años después de la primera ocasión. Además rompían el maleficio de ganar una serie (dos en este caso) en seis partidos desde que Brandon Jennings en 2013 gafara aquella serie contra los Heat del Big Three con su Bucks in Six.

La temporada de la resaca

Cuando Jabbar y Robertson ganaron el anillo en 1971 los gigantes del norte comenzaron una decadencia que, aunque volvieron a unas finales unos años después y repitieron playoffs durante muchas temporadas, nunca más volvieron a repetir una temporada de 66 victorias con un 80% de partidos ganados. Sin ir más lejos tres años después volvieron a las finales en las que perdieron contra los Celtics de Havlicek, en lo que fue la última temporada de Big O y la penúltima de Kareem. Era otro baloncesto, era otra NBA con muchos menos equipos, el triple aún no existía y la NBA estaba aún muy lejos de ser poco más que una liga residual con la NFL y la MLB.

En el caso de la temporada 2021/2022 de los Bucks no es comparable a la de hace 50 años. Los Bucks actuales han espantado una serie de fantasmas que la prensa de fuera de Wisconsin estaba poniendo sobre el equipo y sobre el staff. Se insistía en que el entrenador Budenholzer no era capaz de gestionar el equipo en playoffs y que no sabía hacer ajustes durante los partidos. Y de hecho no los hizo en casi ningún partido ya que los ajustes los hizo de un partido para otro. También la estrella del equipo y la segunda estrella estaban en la diana de los medios y comentaristas de fuera del estado. A éstos se les acusaba de no poder echarse el equipo sobre sus espaldas.

Y llegado el momento, tanto el griego como su escudero, lideraron y se sobrepusieron a lesiones y a rivales de una entidad mucho más superior a los Bucks. Por lo tanto la temporada post-anillo tiene un enfoque mucho más calmado. Aunque no deben olvidar que es una plantilla con mucha hambre, muy competitiva, con experiencia en una temporada regular tranquila para apretar en playoffs…

Los Gigantes del norte en la defensa del anillo

Igual que la canción y el vídeo de Igloo, los Bucks disfrutaron y recordaron los momentos vividos durante todo el verano y durante el primer partido de la temporada. Una vez colgado el banner en lo alto del Fiserv, se acabó la celebración. Ahora toca preparar toda la temporada con 81 partidos más que serán una preparación para lo que importa, que es abril, mayo y junio.

Las salidas de Tucker y Diakite dolieron mucho en la fanaticada pero eran necesarias para el desarrollo del resto del equipo. Además de que Tucker era un lastre físico y económico que impedía que los más jóvenes tuviesen espacio. La de Diakite es más incomprensible pero hay dos piezas en las que la gerencia apuesta más en esa posición. Nwora por la buena pinta que tiene como futura estrella y Thanasis por una necesidad de apoyo a la estrella actual. El caso de las otras salidas son más irrelevantes: Teague, Forbes, Jackson y Toupane.

Llegaron jugadores importantes que, claramente, vienen con una intención básica de reforzar el banquillo. También vienen para dar refresco a los más habituales y a los que luego se desfondarán en playoffs: 

  • Vuelve George Hill como refresco de Jrue aunque quizás no sea la mejor opción. Sobre todo teniendo en cuenta que estaban en el mercado Culver, White o Edwards entre otros.
  • Rodney Hood, que puede aportar mucho como sustituto de Middleton con buena defensa y buen tiro exterior y media distancia.
  • Semi Ojeleye, el que había sido etiquetado como el stopper de Giannis, llega para aportar refresco en los jugadores interiores.
  • Justin Robinson, otro base suplente que está teniendo muchos minutos y que puede ser clave durante toda la temporada.
  • Sandro Mamukelashvili llega como pívot suplente y para ser desarrollado en los Herd. Pero con la lesión de Brook Lopez ha empezado con fuego real desde el comienzo. Pinta muy bien aunque hay que tomarlo con mucha calma.
  • Grayson Allen es el mejor refuerzo de la temporada. Es un escolta con una capacidad defensiva bestial y con un triple excelso. Su llegada viene a ser el que haga las veces de DiVincenzo mientras siga lesionado. Y tendrá un peso ideal en ese trío de blanquitos tiradores con capacidad defensiva Pat-Donte-Grayson. Allen ya no es el jugador agresivo y violento de Duke ni de su primera temporada en la NBA. Ha madurado y se le ve muy integrado en el equipo. Además tiene la orden de Budenholzer de tirarse hasta las zapatillas, lo cual será importantísimo en postemporada para desatascar los partidos y abrir la cancha.

La calma de los gigantes del norte

Los Bucks afrontan la temporada regular con mucha calma y con el objetivo claro de la postemporada. Los fantasmas han sido espantados y el golpe en la mesa del staff. La plantilla y la estrella han hecho que, de la noche a la mañana, los opinadores tengan en cuenta a los Bucks como claros aspirantes a unas finales y como un equipo serio de cara a playoffs. Son los mismos opinadores que, sin haber visto ni medio partido de Bucks, opinaban sobre la incapacidad de este equipo contra rivales serios y plagados de estrellas. Simplemente por el mero hecho de que los dos años anteriores estaban en construcción.

Ahora los jugadores portan el anillo. El banner de campeón cuelga en lo alto del Fiserv. En la fachada del pabellón se anuncia que esa es la casa del campeón de la NBA. El Larry O’Brien luce con orgullo en Milwaukee. El anteriormente tercer o cuarto equipo de Wisconsin es ya el primer equipo. Y Giannis se ha convertido en el jugador más querido del estado por encima de los otros MVP de Brewers y Packers.

Equipos para el League Pass

Los gigantes del norte viven anclados en la calma y disfrutando de lo conseguido con un objetivo muy claro. EVITAR QUE PASEN OTROS 50 AÑOS ANTES DE VOLVER A COLGAR OTRO BANNER EN EL PABELLÓN

Antes de empezar los playoffs, un servidor cansado de que se infravalorase y vilipendiase a su equipo. Así que comenzó a usar el hashtag #TrustTheDeer en lugar del #FearTheDeer propiedad de la franquicia. Así pues, la confianza era y sigue siendo plena en la franquicia de Milwaukee.