En 1959 la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación celebró su primera gala de entrega de premios. Lo que actualmente conocemos como Grammy Awards, fueron originalmente llamados Gramophone Awards y después acortaron su nombre a Grammy. Además de la relación lógica entre la música y los gramófonos, ahora quizás comprendamos mejor el hecho de que el premio sea una estatuilla de un gramófono. Desde la primera gala y con la única excepción de 1967, la Academia siempre ha querido premiar al artista o grupo revelación del año. Un galardón que quiere premiar a esos artistas nuevos que comienzan a abrirse un hueco en los grandes mercados. Muchas veces estos ganadores acaban teniendo una carrera larga, exitosa y de enorme calidad. Pero otros muchos se erigen como artistas revelación de ese año y nunca más volvemos a saber de ellos. Estos artistas se acaban convirtiendo en Promesas que no valen nada, como decía el temazo de de Los Piratas de 1995.
Descubrimiento Semanal, descubrimiento anual
Por mi eterna curiosidad por la nueva música, los nuevos autores, los nuevos deportistas; desde hace bastantes años que tengo una cita semanal con Spotify. La plataforma de música en streaming nos genera cada lunes una lista llamada “Descubrimiento Semanal”. Gracias a esta playlist he descubierto artistas y grupos tremendos que, previamente, no conocía de nada. Igual que pasa con muchos artistas, los deportistas de élite o las jóvenes promesas de las universidades nunca llegan a jugar en las grandes ligas. Teniendo en cuenta las diferentes ligas y organizaciones universitarias de Estados Unidos generan más 33.000 jugadores de baloncesto cada año. De esos 33.000 entre NCAA, NAIA y otras organizaciones; solamente llegan a la NBA unos 70-80 jugadores cada temporada. Todo esto implica que las promesas que no valen nada son la inmensa y triste mayoría.
Novatos del año, estrellas para siempre
De la misma forma que la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación entrega el Grammy al mejor artista novel, la NBA otorga el premio de novato del año desde la segunda temporada de la BAA. El Rookie of the Year Award se ha convertido en el segundo premio más importante o el segundo más mediático tras el MVP.
Si revisamos la lista de los galardonados del Grammy al mejor artista novel nos encontramos a varios jovencitos que, tras una larga y fructífera carrera, han conseguido ingresar en el Rock and Roll Hall of Fame. Nos los vendieron como promesas y valen su peso en oro. Y eso es algo que también nos sucede con los galardonados con el Rookie of the Year de la NBA, ya que son muchos los ROY que ya son miembros del Naismith Hall of Fame:
Tim Duncan Allen Iverson Jason Kidd Grant Hill Shaquille O’Neal David Robinson Mitch Richmond | Patrick Ewing Michael Jordan Ralph Sampson Larry Bird Adrian Dantley Jamaal Wilkes Bob McAdoo Jerry Lucas | Willis Reed Rick Barry Dave Bin Earl Monroe Wes Unseld Lew Alcindor Dave Cowens | Oscar Robertson Walt Bellamy Bob Pettit Maurice Stokes Tom Heinsohn Elgin Baylor Wilt Chamberlain |
Los que nunca debieron ser ROY
De la misma forma que no tenemos ninguna duda de que todos los que están en la lista anterior son justísimos ganadores del ROY. Quizás pensemos por qué no está Magic Johnson en la lista de ganadores del Novato del Año y quizás pensemos que sería maravilloso teletransportarnos a la temporada 79/80 para ver la hermosa lucha de esos dos novatos. Larry y Magic ya venían de sus gloriosos enfrentamientos en college y continuaron con esa preciosa rivalidad en la NBA durante la década de los 80. Pero no todos los ROY fueron Bird, Jordan, Kareem o Chamberlain.
En esa lista de galardonados con el premio a novato del año también tenemos a otras promesas que no valen nada o promesas que fueron muy potentes en sus primeros años y pronto se volatilizaron.
Joel Embiid podría cantar eso de “Valhalla, I am coming”
En 1970 la Academia concedió el Grammy al artista novel a Crosby, Stills & Nash. Otros nominados eran Chicago o Led Zeppelin. Crosby y compañía fueron un fracaso total. Es cierto que la banda pintaba bien porque tenían a David Crosby, fundador de The Byrds. Stephen Stills, que había estado en Buffalo Springfield con Neil Young. El propio Neil Young. Un secundario de lujo como Graham Nash, ex de The Hollies. Pero es que en los otros contendientes teníamos dos nominados como Chicago, que seguro que recuerdas su canción Hard To Say I’m Sorry o los legendarios Led Zeppelin. La mayoría de la gente suele decantarse por Stairway to Heaven pero yo soy más de Inmigrant song o Whole lotta love.
En 2017 Malcolm Brogdon se coronó como uno de los ROY más flojos de la historia. Lógicamente el actual base de los Pacers no tiene culpa. Todo pintaba que Joel Embiid se alzaría con el trofeo, pero su lesión le apartó de la carrera y acabó la temporada con 31 partidos disputados. Incluso se lo podían haber dado a Dario Šarić. Desde luego que no fue la mejor temporada a nivel de premios, recordemos que es la temporada del MVP de Westbrook. Malcolm apuntaba maneras y parece que no acaba de arrancar. De momento, y sin meterlo en las promesas que no valen nada, vamos a darle una oportunidad más.
Embiid, la historia se repite
En 2021 parece que la historia se vuelve a cruzar con Joel. Uno de los productos de The Process tenía muchísimas papeletas para llevarse el MVP en la segunda temporada más rara de la historia. Su gran rival, Nikola Jokic estaba haciendo una temporada increíble pero el récord de Philadelphia acabaría decantando el MVP para el camerunés. Pero Joel se volvió a lesionar y se perdió cerca de veinte partidos y eso le dejó prácticamente fuera del galardón.
Brogdon es, además, el ROY más mayor con 24 años (igual que David Robinson y Elgin Baylor) y el pick más bajo (36) si obviamos a Woody Sauldsberry que fue ROY en 1958 habiendo sido drafteado en el 60 en un draft con 85 picks. Otro dudoso honor que ostenta Brogdon es el del rookie del año con menos puntos por partido con 10.2. Aunque los peores datos anotadores de un ROY data del premio compartido por Mel Hutchins y Bill Tosheff, quienes no llegaron a los 9.4 por partido en la temporada 51-52. En la primitiva NBA, además de que los datos estadísticos eran como eran, se daban puntuaciones muy bajas. Por eso sorprenden los 10.2 de Brogdon o los 11.7 de Jason Kidd en 1995.
El ROY de Jason Kidd es otro de esos que no se debió de dar. La carrera del base fue tremenda pero ese ROY no debió ser compartido con Grant Hill y tenía que haber sido para el alero de los Pistons. No podemos negar la tremenda calidad de Brogdon y no deberíamos ponerle la etiqueta de promesas que no valen nada. Aunque sus competidores por el ROY de 2017 eran de nivel equivalente a Led Zeppelin y Chicago por el Grammy de 1970.
La Esperanza de Portland
En la bella y hipster ciudad del estado de Oregon nació y creció Esperanza Spalding. Una chica que estudió en la universidad de Portland State y con un talento absolutamente increíble. En 2011 la Academia quiso ver en Spalding la nueva Esperanza del jazz. Recibió el Grammy al artista novel con una percepción de la crítica de que Esperanza Spalding era la nueva Norah Jones. Esperanza continuó su carrera musical y su trabajo como investigadora en la universidad de Harvard. Su éxito no sale más allá de los nichos cerrados del jazz y de los entornos académicos de la prestigiosa universidad de la ciudad de Boston.
Lo más sorprendente es que se llevó el Grammy superando a Mumford & Sons y a los canadienses Justin Bieber y Drake. No es que la pareja canadiense sea de mi agrado, sobre todo tras el exceso de protagonismo de Drake en los playoffs de 2019. Pero Mumford & Sons son un grupazo increíble que ha llevado la música folk a un nivel superior y que llena estadios con una facilidad pasmosa. Hace justo dos años tuve la suerte de verlos en el Palau Sant Jordi y tienen un directo espectacular.
En 2007 nos encontramos con el que, quizás, sea uno de los novatos del año con peor carrera. La temporada rookie de Brandon Roy fue buena aunque el premio pudo haber sido más disputado con Lamarcus Aldridge. Las tres siguientes temporadas fueron muy buenas en producción y a nivel estadístico. Pero de repente, los tobillos que le habían incordiado en college volvieron a hacerle sufrir. Los tobillos liquidaron con su carrera y lo mandaron al retiro. Volvió arrastrándose año y medio después para jugar cinco partidos. Si las promesas que no valen nada jugasen al baloncesto, serían Brandon Roy.
Cuando no tiene sentido dudar
Podría parecernos que, ciertos jugadores que hoy son leyendas de la NBA, es inevitable que fueran ROY unánimes. Pero si lo pensamos fríamente y lo comparamos con el MVP, solamente tenemos el caso de Stephen Curry. En cambio con el Rookie of the Year hay más casos de galardonados sin ningún voto en contra.
Las duras noches de Ralph Sampson
En 1965 y tras el exitazo de A Hard Day’s Night los Beatles ganaron el Grammy sin rivales. De la misma forma, Ralph Sampson en 1984 no tuvo rival en la lucha por el rookie del año. No solamente fue el líder en todos los aspectos estadísticos si no que casi dobló en puntos por partido y rebotes por partidos a sus perseguidores. Sampson dejó entrever lo que iban a ser los Rockets en los años siguientes, sobre todo en la temporada siguiente con la llegada del gran Olajuwon.
Walking in San Antonio
En 1992 Marc Cohn nos sorprendía con el temazo Walking in Memphis y se llevaba el premio. Aunque tuvo una carrera muy buena y productiva y con buenas canciones, no es que sea un referente musical. En cambio, Cohn arrebató el Grammy a Boyz II Men.
David Robinson es un magnífico y precioso caso. Robinson forma parte de ese club de leyendas del basket salidas de las academias militares. Antes que él, Coach K y Bob Knight habían salido de Army y Greg Popovich había sido formado en Air Force. Y como sucedía de aquellas, los cadetes tenían que cumplir su servicio antes de poder incorporarse a la vida civil o al deporte profesional. En el caso de David Robinson, tuvo que cumplir su compromiso con la academia naval. El movimiento de los Spurs, drafteándolo conscientes de que no podrían contar con él durante dos años, fue muy arriesgado pero su talento lo merecía. El teniente Robinson también fue ROY unánime en 1990 siendo totalmente dominador en la pintura de los Rockets y siendo muy superior a sus rivales rookies.
El pureta supremo también fue Novato del Año
El artista más adulado por los Puretas de MassiveBall, John Legend, también tiene su Grammy como artista revelación. 2006 fue un gran año para John Legend y su piano. John ya era Legend cuando lo categorizaban dentro de las promesas que valen.
Haz memoria e intenta recordar qué jugadores novatos había en la temporada 2005/2006. Al final de la misma, Chris Paul fue galardonado como el rookie of the year tras una temporada convulsa en la que los Hornets tuvieron que exiliarse de New Orleans y jugar en Oklahoma tras el huracán Katrina. Pues, lo dicho, si hacemos memoria pocos rookies vamos a encontrar en esa temporada que pudiesen discutirle a Chris Paul el premio.
De Rookie del año a Pupas de la NBA
En 1997 tuvimos uno de los años más disputados, en el que compitieron por el Grammy una jovencísima LeAnn Rimes con catorce años, Garbage el grupo de Madison, la angelical voz de Jewel y No Doubt con ese punk suave antes de que Gwen Stefani se dejara caer en las garras del soft pop.
En 2011 Blake Griffin se llevó el ROY de forma unánime. Pero a diferencia de la temporada de Chris Paul, Griffin tenía mucha más competencia. La clase de rookies de la temporada 2010/2011 tenía a grandísimos prospectos como Cousins, Wall, Paul George o Gordon Hayward. La verdad es que, aunque Blake Griffin hizo un temporadón y el premio es merecido, creo que dárselo de manera unánime me parece un poco excesivo. Al final lo más salientable de ese grupo de novatos es la calidad que tenían como prospectos y su común tendencia a las lesiones graves. Es un grupo que se ha quedado para el Salón de la Fama de los pupas.
Don Damian, el heredero de Brandon Roy que salió bien
1971 podría discutirse porque Elton John perdió el Grammy en favor de The Carpenters. Claro que The Carpenters no es un bust, fueron un grupazo con temazos míticos como Close to you o la magnífica versión de Please Mr. Postman que hicieron en 1974.
Es bastante fácil asumir que Don Damian Lillard fuese el novato del año en 2013. Y tampoco nos debería sorprender que lo hubiese ganado unánimemente. Todo ello sería totalmente asumible si no fuese porque compartía camada con Anthony Davis, Bradley Beal, Khris Middleton o Andre Drummond. Y lo más sorprendente es que, uno de sus mayores competidores en el ROY fue Dion “gominolas” Waiters. Lillard ya apuntaba maneras en su temporada de novato. Jugó todos los partidos, con una media de 38.6 minutos, 19 puntos por partido, 6.5 asistencias, 185 triples anotados con un 36.8% de acierto desde el perímetro. Ya apuntaba maneras la bestia salida de Webber State.
Carlos Antonio Pueblos y la chica del colegio de monjas
Igual que en 1999 en el que Lauryn Hill, famosa hasta ese momento por Sister Act 2, se llevaba el Grammy por delante de: Backstreet Boys, Andrea Bocelli, Dixie Chicks y Natalie Imbruglia. Ese año era crema de la buena.
Y el último ROY unánime fue Karl-Anthony Towns en 2016. Igual es demasiado pronto para valorar su carrera, sobre todo jugando en la franquicia que ha jugado y en todos los problemas personales y familiares que ha sufrido en 2020 con las siete trágicas muertes por COVID. Aunque tuvo competencia en su año rookie, sí que hay jugadores que pintaban muy bien. Towns fue ROY unánime por encima de Okafor y Porzingis. Muy lejos de optar al premio se quedaron Booker, Jokic o muchos actuales secundarios como Wood, Connaughton, Montrezl Harrell o Portis.
Promesas que no valen nada (o sí)
Si obviamos las temporadas de lockout y pandemia nos quedamos que, una leyenda como Patrick Ewing es el rookie del año con menos partidos, ya que solamente había disputado 50 de los 82 partidos jugados por los Knicks. Pero es que los números y la dominancia del gigante jamaicano eran arrolladores.
Soy el primero que evita centrarse en los numeritos y que prefiere tomar como criterio principal lo que se ve en la pista. En el caso de Ewing era evidente que había que obviar su carga de partidos cuando su nivel había sido tan superior.
En otros casos de promesas que no valen nada, tenemos que considerar los datos que comentaba al principio de este artículo. Cada año hay 33.000 jugadores en las ligas universitarias. De todos esos jugadores, solamente setenta llegan a la NBA. Muchos de esos jugadores, debido a la horrible tendencia de las franquicias por sacar a los jugadores con su proceso de desarrollo incompleto, llegan a la NBA muy verdes y no todos son capaces de despuntar en su primer año. En la actualidad estamos viendo jugadores que están empezando a despuntar en la NBA a partir de su tercer año. Si hacemos la extrapolación a la NCAA, son precisamente los años que le faltaban por jugar en la universidad.
¿Cuántos jugadores rookies vemos en el Top50 de minutos totales? Esta temporada solamente dos, Okoro y Tate. Y ambos están muy lejos de la carrera por el ROY. Y si vamos al de puntos por partido, ya ni aparece nadie.