LOS CINCO «RETURNING PLAYERS» MÁS IMPORTANTES DE LA TEMPORADA 23-24 EN LA NCAA

slam dunk

            El transfer portal condiciona mucho el devenir de la temporada de baloncesto universitario, tal y como comenté en mi artículo anterior. Desde hace unos pocos años, el tránsito de jugadores de una universidad a otra es continuo e incesante, con movimientos que cambian de forma absolutamente radical las expectativas de un equipo. Top 5 Returning players NCAA

            Pero, por fortuna para no volvernos locos a los seguidores habituales de esta competición, también hay un gran número de jugadores que siguen compitiendo en el mismo equipo. Mantener a cuantos más atletas en el programa es una tarea ardua y muy meritoria para los entrenadores, a quienes no solamente basta con reclutar bien, sino que además deben tenerles contentos para fidelizarles curso tras curso. Si el talento es importante, la experiencia es crucial en la NCAA, por lo que conseguir mantener un cierto bloque y partir con jugadores que ya conocen la competición resulta fundamental a la hora de confeccionar plantillas competitivas y con aspiraciones.

            Así pues, la decisión de estos chicos es esperada con expectación por la afición del equipo y con ansiedad por el entrenador. De todo el grupo de los que en inglés se denomina returning players, estos cinco jugadores son quienes pueden resultar más determinantes de cara a lo que suceda esta próxima temporada.

CINCO TRANSFER CLAVE PARA LA TEMPORADA 23-24 EN LA NCAA

1- ZACH EDEY

National Player Of The Year la pasada temporada, promediando 22’3 puntos, 12’9 rebotes y 2’1 tapones por encuentro. Fuerza interior dominante en una Purdue que arrasó… hasta que sufrieron un doloroso gatillazo frente a Farleigh Dickinson en primera ronda que empañó los logros alcanzados hasta ese momento. Con esas credenciales no cabe ninguna duda de que la vuelta del pívot canadiense para disputar su campaña sénior en los Boilermakers es una de las grandes noticias del baloncesto universitario.

Su retorno a Purdue implica, a nivel individual, que sea el máximo candidato para revalidar el galardón como mejor jugador del año. Aunque viendo los guarismos logrados durante la pasada temporada resulte difícil pensar que todavía pueda mejorarlos, lo cierto es que su progresión, sumada a la experiencia que le da haber competido con su selección en un Mundial en el que se ha colgado la medalla de bronce, hace ser optimistas al respecto. No obstante, aunque nadie se opondría a un mayor rendimiento de la estrella de su equipo, lo cierto es que en Purdue no lo necesitan. Simplemente con que mantenga sus prestaciones puede valerles para ganarlo todo, siempre y cuando otros de los jugadores que vuelven al equipo, especialmente los bases freshman Fletcher Loyer y Braden Smith, den un salto de calidad y acompañen a Edey en los momentos en los que las defensas logren minimizar el impacto de este en las zonas.

Purdue parte como firme candidata a Final Four, con aspiraciones reales de conseguir un hito que hasta la fecha les está resultando muy esquivo. Tienen que quitarse muchos fantasmas de encima, pero contar con un jugador tan dominante como Zach Edey con la experiencia acumulada en tres temporadas completas a las órdenes de Matt Painter, es el mejor recursos para exorcizar todos sus demonios.

2- TYLER KOLEK

Campeón de liga regular y el torneo de conferencia de la Big East con Marquette la pasada temporada, promediando 12’9 puntos, 4’1 rebotes, 7’5 asistencias y 1’8 robos por encuentro, con unos porcentajes del 47’1% en tiros de campo, 80’2% en tiros libres y 39’8% desde más allá de la línea de tres puntos. Tyler Kolek se pone de nuevo a las órdenes de Shaka Smart para liderar la ofensiva de unos Golden Eagles que aspiran a consolidarse entre los grandes, revalidar sus éxitos del curso pasado e, incluso, dar un paso más en el escaparate que supone el March Madness.

Kolek es el único jugador exterior que forma parte de este selecto grupo de jugadores elegido en este artículo, un chico cuyo impacto en el equipo y mejora a nivel individual le lleva a ser candidato a todos los premios individuales existentes, incluido el de National Player Of The Year. Gran parte de las posibilidades colectivas de Marquette recaen en el rendimiento que su base tenga esta próxima temporada, ya que de su rendimiento dependerá que los resultados sigan llegando a un equipo que prácticamente mantiene el núcleo central tan potente del año pasado.

De las manos de Tyler Kolek tienen que salir no solamente un buen número de los puntos que anote el equipo. Fundamentalmente, en él recae la responsabilidad de dirigir al equipo con solvencia, de convertirse en la extensión del entrenador en la cancha y liderar el ataque de Marquette. Las esperanzas que se tiene en él son fundadas, ya que ha sido capaz de demostrar su potencial y talento. Ahora, como senior, tiene la gran oportunidad de afianzarse como el mejor director de juego de la NCAA, una posición crucial para el éxito de cualquier equipo campeón.

3 – KYLE FILIPOWSKI

ACC Freshman Of The Year la pasada temporada, su sorprendente anuncio de permanecer al menos un año más en Duke le sitúa automáticamente entre los candidatos al mejor jugador del año. No lo tendrá nada sencillo dada la enorme competencia existente para el galardón, pero que su nombre se baraje entre los posibles nos da una clara muestra del talento que posee este jugador y de las altas expectativas que hay depositadas en su segunda temporada como Blue Devil.

Cuando Duke perdió ante Tennessee en la segunda ronda del pasado torneo de la NCAA, había una diferencia evidente entre los dos equipos: la experiencia. Mientras que Tennessee contaba con cuatro jugadores de último año en la alineación titular, Duke dependía de chicos de primer año que nunca antes habían estado en esa situación.

Si bien la narrativa del one and done ha dominado el baloncesto universitario durante más de una década, sólo dos equipos han ganado el campeonato nacional estructurados en torno a un núcleo de jugadores de primer año. Esos dos equipos fueron los Kentucky Wildcats de 2012 y los Duke Blue Devils de 2015. Sin embargo, incluso esos equipos poseían estudiantes de último año que disfrutaban de mucho tiempo de juego cuya contribución era determinante.

La próxima temporada, Kyle Filipowski será un mejor jugador. Aunque fue uno de los mejores estudiantes de primer año del país la temporada pasada, inevitablemente se fortalecerá antes de su segundo año. Si los equipos contrarios pensaban que este pívot era difícil de defender la temporada pasada, les resultará aún más difícil detenerlo con algunos kilos de músculo adicional agregado a su estructura. El cuerpo técnico de la universidad se encargará de que sume peso sin perder nada de rapidez. Su juego de pies ya era de élite,  así que defenderle no será una tarea divertida para nadie el próximo año.

Además de Filipowski, Duke también mantiene en el equipo a Tyrese Proctor y Mark Mitchell. Estos tres no serán exactamente Laettner, Hurley y Hill, pero son un núcleo formidable sobre el que John Scheyer deberá construir, cuanto menos, un equipo altamente competitivo. Duke también tendrá una de las mejores clases de reclutamiento del país, como ocurre todos los años, por lo que se puede contar con, al menos, un estudiante de primer año listo para contribuir al éxito del equipo de inmediato.

Todos estos factores convierten a los Blue Devils en uno de los favoritos para ganar el Campeonato Nacional la próxima temporada. Y, entre ellos, la vuelta de Kyle Filipowski al equipo es uno de los principales.

4 – ARMANDO BACOT

El rotundo fracaso de North Carolina la pasada temporada, en la que ni siquiera disputaron el campeonato nacional tras partir como número 1 de la nación en todos los ránkings de inicio de temporada, hacían prever que Armando Bacot, su principal estrella, se marcharía para culminar su ciclo universitario en otro proyecto. Sin embargo, el anuncio de su vuelta a los Tar Heel tuvo un efecto dominó, ya que tras él otro jugador tan importante como el base RJ Davis también decidió seguir su periplo a las órdenes de Hubert Davis.

Sin duda, las bajas expectativas que Bacot de haberse presentado al draft fueron un factor determinante para tomar la decisión de continuar en la NCAA. Y la explotación de sus derechos NIL, que le están generando unos buenos ingresos, son motivo más que suficiente para continuar jugando en North Carolina y no cambiar de equipo. Estamos hablando de uno de los mejores jugadores de las dos pasadas temporadas, con unos números estadísticos realmente impresionantes, cuya trayectoria individual no puede generar ningún género de duda sobre su carrera universitaria. En lo colectivo, sin embargo, alcanzó su techo con la disputa de la final del campeonato nacional de 2022, en el que los Tar Heels desperdiciaron una ventaja de dobles dígitos al descanso para caer derrotados frente a Kansas de manera dolorosa.

A pesar del tiempo transcurrido y de los muchos cambios acontecidos en la plantilla, Armando Bacot sigue siendo el líder indiscutible en la cancha de un equipo que, a priori, no parte entre los máximos favoritos en la temporada 23-24, pero que ha logrado formar un conjunto competitivo. La llegada a través del transfer portal de un jugador como Harrison Ingram, cuya adaptación al programa todavía está por ver, genera ciertas expectativas de cara a los objetivos que pueda alcanzar este equipo. Si bien es cierto que en lo colectivo North Carolina no parte entre los candidatos principales para conseguir títulos, a nivel individual Armando Bacot será uno de los grandes nombres a seguir.

5 – RYAN KARLKBRENNER

Otro de los interiores élite de la liga que decidió borrar su nombre del draft tras el Combine para continuar en el equipo en el que militaba, en este caso Creighton. Sus espectaculares estadísticas de la pasada temporada (15’9 puntos, 6’1 rebotes y 2’1 tapones por encuentro) son la mejor credencial para un jugador que alcanzó su cima competitiva en la victoria de su equipo frente a North Carolina State en la primera ronda del Madness, con 31 puntos.

Es el ancla defensiva del equipo y la principal arma ofensiva del equipo, por lo que contar con él una temporada más supone que los Bluejays aparezcan como uno de los programas con aspiraciones reales para conquistar todos los objetivos posibles esta próxima temporada. Hay que tener en cuenta que junto a Karlkbrenner también vuelven al equipo otros dos puntales como el combo guard Trey Alexander y el anotador Baylor Scheirman. Este trío conforma uno de los grandes núcleos de toda la NCAA, aportando experiencia, talento y un potencial ilimitado.

En una liga dominada por los jugadores altos, el nombre de Ryan Karlkbrenner aparece entre los más destacados de todos ellos. Un pívot cuyas características en ambas zonas le llevan a ser dominador y prácticamente indefendible por la mayoría de sus rivales. Por sus manos pasan muchas de las opciones del conjunto dirigido por un Greg McDermott que sabe que está ante una de sus grandes oportunidades para estampar su nombre junto al de los mejores entrenadores de la historia de esta competición. Y, para ello, no le queda más remedio que encomendarse al rendimiento de sus tres estrellas, muy especialmente de Karlkbrenner.

Como siempre sucede en estas selecciones, otros muchos nombres quedan en el tintero. Santiago Vescovi (Tennessee), Justin Moore (Villanova), Donovan Clingan (UConn), Terrence Shannon Jr. (Illinois), Antonio Reeves (Kentucky), Tyson Walker (Michigan State), Nijel Pack (Miami) o Adem Bona (UCLA) son otros de los grandes jugadores que vuelven a casa y cuyo impacto en sus respectivos programas será grande. No quería terminar esta entrada sin citarles y ampliar así la lista de atletas a seguir de cerca esta próxima temporada que cada vez está más próxima.