Rod Strickland pertenece a esa larga tradición de bases criados en Nueva York, una estirpe selecta compuesta por leyendas como Bob Cousy, Lenny Wilkens, Nate «Tiny»Archibald, Mark Jackson, Stephon Marbury… Rod comparte muchas de las características con todos ellos, desde su habilidad para el dribling y las jugadas espectaculares, a la falta de tiro y en ocasiones tendencia a la individualidad. Lo que no comparte, y llama mucho la atención, es una aparición en ese baile de popularidad que cada año organiza la NBA, Strickland nunca fue un All Star, y al menos desde mi opinión es el mejor jugador que jamás formo parte de dicha fiesta.
Rod Strickland: Leyenda en las canchas de Nueva York
Rod creció en la parte sur del Bronx en el año 1966, en parte admirando a sus hermanos quienes jugaban a baloncesto, y de los que dice que absorbió lo mejor de cada uno, y por otra parte con Magic Johnson y Maurice Cheeks como referentes. Pronto se corrió la voz de que uno de los chicos del sur del Bronx tenía ese talento único que destaca incluso en la mecca del baloncesto. Strickland demostró su talento en el instituto Truman, donde ganó el campeonato estatal, y en las canchas de su ciudad, donde la competencia era mucho mas dura.
Según nuestro protagonista, en los partidos callejeros no solo contaba ganar el partido, sino también la batalla individual, ya que de no hacerlo se dañaría su reputación. Aquellos choques donde siempre habían chavales dispuestos a quitarle la corona le ayudaron en su paso a la universidad y el profesionalismo. Del mismo modo aquellos choques esculpían el carácter propio de los bases de su ciudad, no solo se buscaba un pase, sino uno espectacular… y los asistentes no querían ver cualquier tipo de dribling, sino algo jamás visto.
Rod siempre destacó en su paso por todos los equipos como un talento exacerbado a la hora de botar el balon y deshacerse de sus oponentes. Es curioso como mucho de su juego se traslada al que sería su ahijado Kyrie Irving, con el que comparte no solo el dribling y la capacidad para finalizar una canasta de mil maneras, sino también la capacidad de generar conflictos allá donde iba.
Oak Hill y De Paul
El instituto Truman cambió de entrenador en el año senior de Rod, y bastó una breve conversación para ver que el nuevo técnico y él no se iban a llevar bien, lo que llevó a Rod a trasladarse a Oak Hill, una preparatoria lejos de Nueva York. Este movimiento de paso de un instituto publico a una preparatoria buscando mayor visibilidad es muy común hoy por hoy, pero en los años 80 Rod fue uno de los primeros en hacer algo así.
Rod marchó a los Blue Demons de DePaul, una universidad de Chicago, a pesar de contar con ofertas de universidades mas ilustres… la razón era simple, Strickland sabía que su estilo basado en correr de una canasta a otra se ajustaba con el de la universidad, mientras que en otras su alarmante falta de tiro se vería expuesta, en Chicago solo brillarían sus mejores cualidades.
Y es que Rod no era un jugador interesado en ser un jugador total, sino en sacar el mejor partido a sus posibilidades y ganar todo el dinero posible por el camino. La universidad estuvo encantada, en los tres años que Rod estuvo allí, no faltaron ni un solo año al march madness, e incluso llegaron al Sweet Sixteen. Strickland quiso marcharse en su segundo año, pero su «agente» le dijo que no saldría de la segunda ronda, su tercer año cambió esa proyección, con 20 puntos, 7,8 asistencias y 2, 9 robos por partido.
Otra de las razones para escoger DePaul, fue que aparecían mucho en televisión gracias a sus contratos. Rod consiguió la exposición necesaria y se presentó al draft de 1988.
Rod Strickland: El inicio de una extraña Carrera
¿Podéis imaginaros un draft en el que no se elija a ningún base hasta el número 15? Así eran las cosas en aquella época, Rod pensaba que Seattle en el número 15 sería su destino, pero de forma sorpresiva fue elegido en el 19 por los Knicks. Inicialmente podría parecer que un fenómeno de las canchas de la gran manzana jugará en los Knicks es una buena noticia, el problema es que el puesto ya estaba ocupado por Mark Jackson, elegido en el año anterior, y con una serie de herramientas muy similares a las de Strickland.
Como solemos decir Julian y yo en los programas de los puretas, para la carrera de un jugador es muy importante en qué entorno caen cuando son drafteados. Strickland fue elegido por los Knicks porque era el mejor talento en dicha posición, pero los limitados minutos y el hecho de tener a Mark por delante impidió que se desarrollase cómo debía en su año Rookie.
Fue en San Antonio donde encontró un hogar para sus primeros años, en su año sophomore ya promedió casi 15 puntos y 8 asistencias como base titular de los Spurs, llegando incluso a playoffs, y saliendo en primeras ronda, algo demasiado común en su futura trayectoria. Su carácter pronto se hizo de notar en Texas, debido a un desacuerdo contractual Rod se negó a jugar durante 24 partidos (de nuevo el parecido con si ahijado), y lo que pudo ser su sitio junto con el almirante se convirtió en otra salidas anticipada.
Portland Trailblazers
Como agente libre marchó a los Trailblazers, un equipo solido que venía de haber pisado las finales el año pasado. Fue allí donde ofreció su mejor versión, temporadas de 17 y 18 puntos junto con 8 o 9 asistencias por partidos, números de alll star, a los que quizá debido a sus espantadas y luego sus conflictos con PJ Carlesimo (Sí, el que estranguló Sprewell) no eran acompañados por el favor de la prensa especializada.
A pesar de salir siempre en primera ronda, Rod dió buena cuenta de los playoffs que jugó, especialmente contra Houston en el 94, donde promedió 9,8 asistencias y 23,5 puntos. Mientras Adelman y el viejo régimen del 92 aguantó, Rod estuvo a gusto en su papel de comparsa de Porter. A pesar de no ser all star, Rod era temido por sus rivales, no solo por su habilidad mediante dribling de ridiculizar a todo el que tenia enfrente, sino además por sus pases espectaculares y el hecho de que según Shaq, nadie podía taponarle.
Al ver a Rod atacar mediante el bote o finalizar con bandejas ante rivales mas altos y pesados, resulta difícil no ver en el a un Irving 1.0, siendo Kyrie un jugador muy superior, llama mucho la atención la relación entre padrino e ahijado. Strickland dice que uno de sus ejercicios frecuentes era terminar con derecha o izquierda en todas las partes del tablero, siempre buscando nuevos ángulos interesantes donde dejar caer el balón.
Posiblemente este es el gran legado de Rod, la manera en la que sus contemporaneos hablan de el, el respeto que le procesan. No es casualidad que sea una referencia frecuente para muchos bases.
Washington Wizards
La falta de muñeca es sin duda la única razón por la cual no es mas conocido, todos los equipos buscaban correr hacia atrás, dejarle hueco en la media distancia, proteger el aro, y no defender el triple, aún así llama la atención como con unos defectos tan claros, Hot Rod seguía siendo capaz de promediar excelentes números hasta el año 97.
Es en este curso 97-98 donde estuvo más cerca de conseguir ese puesto en el all star. Rod había llegado a la capital el año anterior, y junto con Webber y Howard llevó a los Wizards a los playoffs tras mucho tiempo. Lamentablemente no fue suficiente, fans de los de DC seguro que recuerdan a Rod con cariño, aunque otros piensen que hubieran preferido quedarse con Rasheed Wallace.
Llama la atención como a pesar de formar parte del segundo mejor equipo NBA del 98, no estuvo en el partido de las estrellas, ¿no resulta algo complicado defender que Rod fue uno de los mejores 10 jugadores del año, pero no entra en el All Star?
Los Wizards no volverían a ver un año mejor con Rod, y tras unos años en los que dejó claro que no estaba contento con perder todos esos partidos, nuestro protagonista pasó a ser un trotamundos. Hoy en día es el entrenador de la Long Island University en la Division I, y es que a pesar de la falta de reconocimientos, un tío que es el treceavo mejor asistente de la NBA, sabe bastante de este deporte.