Vivimos en una sociedad pegada a las redes sociales. Un universo en el que prima la difusión, el ‘Retweet’ y el ‘Me gusta’. Generar contenido de manera masiva, independientemente del contexto, se ha vuelto condición indispensable de supervivencia en ellas. Esto, en numerosas ocasiones, termina por generar narrativas adulteradas. Realidades alternativas que no terminan de ajustarse a la realidad pero que logran implantar su relato en la opinión popular. Y en ocasiones, como es el caso que nos compete hoy, se terminan por cruzar los límites permitidos. A propósito de Russell Westbrook.
Durante los últimos años, especialmente la pasada campaña, Russell Westbrook ha sido duramente criticado. En su primera etapa como Laker, noche tras noche, independientemente de su rendimiento, se hacían virales clips en los que aparecía lanzando una pedrada contra el canto del tablero, fallando un mate o una bandeja liberado, perdiendo algún balón de manera absurda, o cualquier jugada impropia de un jugador profesional.
Un bombardeo mediático constante que nos ha llevado a convertir a Westbrook en el principal meme de la NBA y generar relatos que a mí me gusta denominar como ‘narrativas haters’ alrededor de Russell: “No sabe jugar a baloncesto”, “es un perdedor”, “es un desastre en el clutch”, “no sabe hacer ganar a un equipo” y un sinfín de críticas y hate que terminan por eclipsar los hechos y generar, como digo, un relato que no se ajusta a lo que hemos visto de Westbrook desde que aterrizó en la NBA, allá por 2008.
Ojo. No seré yo quien defienda la última campaña de Westbrook. Su papel con los Lakers ha sido un desastre, sí. Al igual que la de muchos de los integrantes del roster angelino, y de la gerencia también.
El principal error lo cometió la gerencia de los Lakers. Si algo hemos aprendido de las ya 14 temporadas de Westbrook en la liga es que es un jugador que necesita constantemente el balón en sus manos. Su producción off-ball siempre ha estado muy por debajo de lo habitual, llegando a perder cerca de 10 puntos porcentuales en situaciones de catch&shoot con respecto a suspensiones tras bote.
Esto, sumado a que por primera vez en su carrera iba a compartir pista con uno de los jugadores que más volumen de balón absorben en la liga como LeBron James, era evidente que las situaciones de juego off-ball de Russ iban a aumentar.
Era una situación de reinventarse o morir. Y tocó fallecer de la manera más dura. Temporada desastrosa, fuera de Playoffs y consumar la peor temporada en la carrera de Russ, arrastrándolo de nuevo a un bombardeo de críticas a su figura.
Pero me gustaría centrarme en lo que quiero destacar en este artículo: el poder del relato. Aquel generado por los haters que termina calando en los aficionados y sepultando los hechos.
Durante las últimas temporadas, especialmente cuando los equipos de Westbrook caían en post temporada, salía a relucir la narrativa de que no sabe hacer ganar a sus equipos. Olvidando todo el camino construido hasta ese momento.
Washington Wizards, a Playoffs
El ejemplo más claro de como el relato se antepone a los datos lo vimos en su campaña en los Wizards. Tras comenzar aquella tardía temporada 20/21 con un lapidario récord de 4-12, que situaba al equipo como el peor equipo de la Conferencia Este a finales de enero, las críticas a la figura de Westbrook fueron furibundas.
Evidentemente, el papel de Westbrook en este inicio de temporada no estuvo a la altura, pero todos conocemos que tipo de jugador es Russell, y un perfil como el suyo siempre necesita un periodo de adaptación. Más aun teniendo en cuenta que los Wizards eran un equipo sin un rumbo claro.
Este periodo de adaptación terminó por acabar dando sus frutos. Ayudado también por Scott Brooks, entrenador que le vio nacer en OKC, Westbrook terminó la temporada a un muy buen nivel.
Sus promedios a partir de febrero y hasta final de temporada se fueron a 22,5 puntos, 12,2 rebotes y 12 asistencias por partido. Tirando, además, por encima del 44,6% en FG y un 30,3% en 3PT. Porcentajes superiores a los de Bradley Beal (43,5% FG y 28,6% 3PT) durante ese mismo tramo. Faceta que siempre se le ha criticado mucho, y en muchas ocasiones con razón, todo hay que decirlo.
Durante este tramo final de temporada, los Wizards registraron un récord de 30-26 que terminaría por meter al equipo en Playoffs como octavo clasificado y con Westbrook como principal protagonista de aquel logro, tras haberse quedado fuera de post temporada en las anteriores dos campañas.
La dura derrota que sufrieron en primera ronda por 4-1 frente a Philadelphia 76ers, que recordemos terminó la campaña como mejor equipo del Este y tercer mejor récord de la liga, terminó por enterrar por completo la muy buena temporada de Russell bajo los nuevos argumentos haters habituales. El relato volvió a prevalecer sobre los hechos.
Doble vara de medir
Otro gran ejemplo de esta práctica la pudimos comprobar al término de la temporada de la burbuja. En esta ocasión lo veremos a través de una comparativa.
Todos recordamos el resurgir mediático que tuvo Chris Paul durante su temporada en los Thunder, ¿verdad? Su gran año, culminado con su actuación en aquella primera ronda de Playoff en la burbuja frente a sus ex, los Rockets, llevando la serie a 7 partidos, terminaron por llevar de nuevo a lo más alto a un CP3.
Toda la comunidad NBA volvió a rendirse a los pies de uno de los mejores guards de la historia de la liga. Y todo esto después de, recordemos, ser catalogado apenas 12 meses antes como uno de los contratos más tóxicos de la liga y de ser duramente criticado.
Todo fueron alabanzas a Paul. “Ha conseguido darle una identidad a OKC”, “ha ejercido como mentor de los jóvenes del equipo”, “su presencia ayuda al desarrollo de los demás”, “ha hecho ganar a un equipo del que no se esperaban ni 20 victorias”. Sin ninguna duda. El papel de Chris Paul en los Thunder fue tremendo. Y diréis, ¿A dónde quiere llegar este tío con esto? Pues bien, me gustaría comparar el tratamiento mediático que tuvo Westbrook en sus últimos años en los Thunder donde, con un equipo muy similar al que tuvo CP3, también logró meter a OKC en post temporada. Un tratamiento mediático muy distinto, con críticas muy duras y, de nuevo, instalando un relato injusto con la realidad.
Chris Paul llevó a los Thunder a un récord de 44-28, clasificando al equipo 5º del Oeste. Los promedios de CP3 durante esta campaña 2019/2020 fueron de 17,6 puntos, 5 rebotes y 6,7 asistencias. Con unos porcentajes del 48,9% en FG y un win share de 0,193.
En un contexto muy similar al de Paul, en la temporada 16/17, tras la marcha de KD y con un equipo en cuadro, Westbrook llevó a los Thunder a un récord de 47-35, metiendo a la franquicia 6º de conferencia. Las estadísticas en aquella temporada de Russ fueron de 31,6 puntos, 10,7 rebotes y 10,4 asistencias. Con unos porcentajes de 43% en FG y un win share de 0,224. Además, Westbrook terminaría llevándose el MVP tras convertirse en el segundo jugador en la historia en promediar un triple doble durante una temporada, tras la leyenda Oscar Robertson.
Triple-doubles on triple-doubles pic.twitter.com/JYItBbrL7E
— CBS Sports (@CBSSports) June 27, 2017
Dos temporadas después, y tras el fallido big 3 formado por Carmelo Anthony, Paul George y el propio Westbrook, Russ volvía a llevar a unos muy justitos Thunder, con la ayuda de PG13, todo hay que decirlo, al 6º puesto del Oeste con un récord de 49-33. Sus promedios fueron de 22,9 puntos, 11,1 rebotes y 10,7 asistencias. Con unos porcentajes del 43% en FG y un win share de 0,124.
Quizás esto se debe a que Russ es un jugador que cuesta mucho más que entre por los ojos al aficionado. Al tener un juego menos vistoso, menos plástico o técnicamente más rudo que el de otros jugadores y con un carácter mucho más agresivo (en el buen sentido de la palabra), su tratamiento mediático siempre ha sido mucho más duro. Al aficionado NBA le cuesta más poner en valor sus logros. Evidentemente, su bajada de rendimiento constante en los Playoffs también ha ayudado a ello y le ha pasado mucha factura de cara a la opinión pública.
Ojo, no quiero que me malinterpretéis. En ningún momento estoy queriendo afirmar que Westbrook sea mejor jugador de Paul, ni por asomo. Creo que es una evidencia que CP3 está muy por encima de Russ entre los mejores bases de la historia de la liga. Mi intención aquí es poner en comparativa el distinto tratamiento que tuvieron dos jugadores en un contexto muy similar.
El clutch, increíble pero cierto
Para terminar, me gustaría destacar otra narrativa que se ha extendido y terminado por calar con mucha facilidad entre la comunidad y que es la siguiente: Westbrook no es clutch, es un desastre en momentos importantes.
Pues bien, esto es rotundamente falso. Te puede gustar más o menos Westbrook como ‘closer’ de partidos. Puedes preferir a otros por delante de él, por supuesto. Opiniones todas las que queramos. Pero como digo, este relato es muy burdo. Es tan sencillo como ir a la estadística avanzada y buscar sus números en el clutch.
Para poner en contexto esto, en la NBA se considera clutch time los 5 últimos minutos último cuarto y prorroga con 5 o menos puntos de diferencia en el marcador (+5 o -5). Pues bien, ahí va el dato: en la última década, desde 2010 a 2020, el jugador con más canastas anotadas en el clutch es Russell Westbrook, con 441. Sorprendente, ¿verdad?
Para completar esto, añadir que le sigue LeBron James, DeMar DeRozan, Kevin Durant y Kyrie Irving.

Además, la eficiencia de Westbrook en el clutch es bastante buena. Registra un 40,2% en FG y un 44% en eFG. Unos porcentajes que no están nada mal teniendo en cuenta que entre los 10 jugadores que más tiros han realizado en el clutch, Westbrook se sitúa, con ese 40,2% en FG, en el 5º puesto por delante de estrellas como Damian Lillard, James Harden, Carmelo Anthony, Kemba Walker o John Wall.
Por otra parte, si combinamos clutch FG en Regular Season y Playoffs (el mayor mantra de Russ), Westbrook sigue siendo el jugador con más canastas convertidas en este periodo con 483. 17 más que el siguiente en la lista.
Y no me puedo ir de aquí sin destacar la temporada 2016/2017, en la que Westbrook logró el MVP. Recordemos lo mucho que se criticó este galardón. Que si solo se lo habían dado por promediar un triple doble. Que si el jugador solo buscaba hacerse sus números. Bien, la temporada 16/17 de Russ, más allá del, desde mi humilde opinión, hito histórico que supuso promediar un triple doble durante toda una temporada (algo que solo se ha logrado 5 veces en la historia de la liga, y Westbrook lo ha hecho en 4 de ellas), Russell nos regaló una de las mejores temporadas de un jugador en el clutch.
Westbrook terminó aquella temporada 1º en puntos, 5º en rebotes y 5º en asistencias totales en el clutch. Con un 44,6% en FG que le situaba como quinto mejor porcentaje entre los 10 jugadores que más puntos metieron en el clutch.
De esta manera, Russell Westbrook se convertía en el segundo jugador con más puntos anotados en el clutch time durante una temporada, con 247, por detrás de LeBron James en la 07/08, y por delante de Kobe Bryant en la 06/07.

Fijaos lo fácil que es implantar un relato en la opinión popular y que impere sobre los datos, sobre los ‘facts’. La narrativa de que Westbrook es un desastre en el clutch ha sido uno de los argumentos más palpables en el universo NBA. Y ni mucho menos es cierta. Podemos discutir si nos gusta más o menos para cerrar finales apretados, si hay jugadores mejores que él para manejar esas situaciones, etc. Pero de esto, a afirmar con la rotundidad con la que lo hemos visto durante estos últimos años, que Westbrook es un absoluto desastre en esta faceta es, simplemente, no ajustarse a la realidad.
A partir de aquí, Russell está en el momento más complicado de su carrera deportiva. Su futuro en los Lakers es todavía incierto y su encaje en la plantilla angelina, más todavía. Si queremos volver a ver al mejor Westbrook lo tendremos que ver lejos de LA. En un contexto adecuado a sus características que le permita recuperar la confianza para volver al nivel que vimos en OKC y en su corta etapa en Washington.
Con este texto simplemente quiero centrar mi crítica en aquellos relatos que, por filias y fobias personales, terminan por generar narrativas que muchas veces carecen de veracidad. Westbrook nunca ha sido santo de mi devoción. Elegiría a muchos otros jugadores por encima de él, pero mis preferencias, opiniones o gustos personales no impedirán que ponga en valor lo que hemos visto de este señor sobre una cancha de baloncesto.
Porque sí. Con sus muchas virtudes, y sus muchísimos defectos, Russell Westbrook es uno de los mejores jugadores que nos ha dado la liga en los últimos años. Que los relatos no logren ocultar los datos.