La Selección Española, qué se puede decir de ella a estas alturas de la película. El combinado nacional que más brilló durante la última década en el continente europeo y ahora está afrontando un cambio de ciclo.
Por suerte, entre las jugadoras que continúan de la época dorada y las nuevas generaciones, el futuro del baloncesto español sigue en muy buenas manos. Y más con un entrenador como Miguel Méndez dirigiendo el proyecto.
Después de todos los problemas extradeportivos con Lucas Mondelo, las retiradas de jugadoras como Laia Palau, Marta Xargay, Anna Cruz o Laura Nicholls y todo lo que ha vivido este grupo, tener a alguien como Méndez es lo mejor que podría pasar. Alguien que tiene una ética de trabajo envidiable y que respeta los valores del baloncesto a raja tabla. Un coach que sabe devolver la confianza a este equipo después de un verano para olvidar.
Miguel llega a la Selección sin estar clasificadas para el Mundial de Australia y con mucho por hacer para conseguir estar en el próximo EuroBasket, que se disputará el año que viene.
Aunque paso a paso. Y por ahora el seleccionador está colocando los primeros ladrillos de lo que se espera que sea un castillo imperial.
Una primera convocatoria con prácticamente todas las jugadoras que estarán en la órbita del combinado, con alguna excepción como Cristina Ouviña o Laura Gil que no han podido concentrarse con sus compañeras.

«El trabajo de este verano es muy necesario porque aterricé en noviembre con muy poco tiempo para preparar los partidos que teníamos. Ahora hay que aterrizar del todo y hacer las cosas que quiero hacer. Estoy muy contento porque algunas jugadoras han renunciado a la WNBA y todas a descansar por estar aquí, tras una temporada tan dura» dijo Méndez sobre la preparación del camino al futuro y lo que tiene entre manos ahora mismo.
España y un verano de torneos amistosos para ir entrando en dinámica, y con algunas de las jugadoras teniendo un papel clave. En concreto Silvia Domínguez y Alba Torrens. La capitana y la estrella más prestigiosa de la plantilla. Las encargadas de ayudar a que todo se asiente en su lugar.
Esta etapa de la Selección se tiene mucha juventud e incluso bastantes caras nuevas, por lo que el peso de las veteranas fuera de la cancha marcará mucho. El objetivo es volver a ganar una medalla, pero para eso hay que crear una atmósfera adecuada.
«No puedes llegar a un EuroBasket sin prepararlo, es necesario este compromiso, este verano, sumar, construir, quizás es más importante lo que va a suceder este verano porque detrás de todos los éxitos hay mucho trabajo en la sombra y ahora estamos en ese momento, el éxito del futuro pasa por estar aquí y ahora. Llevamos mucho encima a nivel físico y mental pero queremos irnos satisfechas con el trabajo que hagamos aquí y con confianza en lo que estamos creando» fueron las palabras de Silvia en la presentación de esta nueva era en el baloncesto nacional.

Otras jugadoras que no lleven tantos años pero que tienen ya gran bagaje, como Astou Ndour, Queralt Casas o las antes citadas Ouviña y Gil cuando se puedan incorporar, tendrán que ser también las guías de esta nueva generación que será la encargada de tener nuestro futuro en sus manos.
«Esta combinación de jóvenes y veteranas nos aporta diversidad en muchos sentidos, creo que es muy positivo, sumaremos de maneras diferentes, aprenderemos unas de otras e iremos a por un mismo objetivo» dijo Torrens.
Y es que Maite Cazorla, María Conde, Raquel Carrera o Irati Etxarri, entre otras, han demostrado que tienen lo necesario para coger el relevo siendo ellas las que lleven la batuta del equipo.
Una de las tareas de Méndez va a ser gestionar este cambio de escenario, y con su experiencia y forma de trabajar no hay dudas de que es la persona perfecta para hacerlo.
«Parte de mi trabajo es tratar de hacer el equipo más competitivo posible, sin mirar el DNI de las jugadoras. Eso significa que si una jugadora tiene 40 o 17 años es indiferente. Si su rendimiento es bueno, adelante. Pero es verdad que hay jugadoras a las que queríamos ver de cerca en un contexto diferente a sus clubes, como Lola Pendande y Nerea Hermosa. No es lo mismo la NCAA que la Selección. Otras que no juegan en competiciones europeas, lo mismo. Es un paso duro, otro nivel. Queremos verlas rodeadas de jugadoras con Europeos y Mundiales a sus espaldas» explicaba Miguel sobre la mentalidad que tuvo para hacer su primera convocatoria.
La Selección está dando los pasos correctos para volver a la senda de los éxitos y ser ese equipo que acostumbra a estar siempre en los podios de los torneos verano tras verano.
Todavía queda mucho camino por recorrer, pero todo indica que el futuro va a ser muy brillante. Hay muchos motivos para ilusionarse, solo hay que ser pacientes y dejar que empiecen a verse los frutos de esta regeneración. Por ahora, ya podemos decir que se ve el brillo del sol en el horizonte.