Simmons y una ciudad difícil

Simmons y una ciudad difícil

Ben Simmons es un enorme talento, de eso nadie tiene ninguna duda, pero su espíritu competitivo y su ambición por mejorar dejan mucho que desear. Desgraciadamente Simmons aterrizó quizá en la peor ciudad para sembrar la decepción. Solo en Philadelphia se ha construido un juzgado y prisión para sus fans, y es que la fama de los seguidores mas chungos de Estados Unidos la tienen ganada a pulso. Esta es la historia de Simmons y una ciudad difícil

Una Afición muy especial

Quizá sea un síndrome de inferioridad, puede que eso explique el carácter provocativo y psicótico de los Fans de cualquiera de las cuatro franquicias que existen en la ciudad, al fin y al cabo tienen a Boston y Nueva York a un tiro de piedra, dos de las ciudades con mas peso, fama y exito en Estados Unidos. Ó puede que sea el hecho de que siendo la ciudad mas grande de Pennsylvania, no son la capital, es más, siendo la cuna de la declaración de independencia, no son la capital de la nación.

Por esta razón o por cualquier otra, lo cierto es que en la ciudad del amor fraternal, hay muy poco cariño en general. La fama de los fans de los Eagles (NFL), Flyers (NHL), Sixers y Phillies. (MLB) es terrorífica, y no son pocos los ejemplos. En el año 68 y tras una temporada horrible de los Eagles, la franquicia tuvo a bien sacar a un fan un pelín borracho disfrazado de Santa Claus, tanto niños como adultos arriesgaron sus regalos navideños sepultando al pobre hombre en bolas de nieve.

También en el campo de los Eagles un grupo de descerebrados le dio una paliza a la mascota de los Washington Redskins, y aunque obviamente esto se trata de un hecho aislado, las agresiones a otros fans eran tan frecuentes que tuvieron que añadir una celda y juzgado al veterans stadium, hogar de los Eagles y los Phillies. Desgraciadamente algunos malos gestos no tenían castigo, como cuando los fans de la franquicia de futbol americano vitorearon la lesión que acabó con la carrera de Emmit Smith.

Vómitos, Pulseras y Abucheos

En otra ocasión, esta vez en un partido de los Phillies, un idiota tuvo la brillante idea de provocarse el vómito mientras era expulsado del estadio. Sus entrañas cayeron sobre una policía y su hija de 11 años, afortunadamente el imbécil recibió su castigo.

En el estadio de Hockey conmemoraron la muerte de su fundador con. la entrega de unas pulseras a todos los aficionados, tras un mal arbitraje y una derrota por parte de los Flyers, las pulseritas salieron volando contra el equipo rival, impidiendo finalizar el partido… desde luego el luto no es algo muy importante cuando el equipo va mal.

Cualquiera que haya visto un partido de los Sixers, sabe que son la afición mas propensa a cantarle las cuarenta a su equipo cuando no dan la talla. Dicen que un fan de Philadelphia aprende a abuchear antes que a hablar, incluso a sus propios jugadores.

Y aun así, pese a todo, quizá sean la afición mas fácil de mantener feliz, siempre y cuando uno este dispuesto a jugarse la vida. Es por ello que Iverson sigue siendo una leyenda en la ciudad a pesar de no haber ganado nunca ningún título, porque aquel enanito sacrificaba su cuerpo en cada incursión de la canasta. Y por esa misma razón aman a Joel Embiid, porque el gigante africano no huye del abucheo, sino que lo abraza.

Es por todo esto, por lo que Ben, a pesar de sus intentos, no parece encajar en la ciudad. Philadelphia no es un lugar para mentes frágiles o para los sensibles a la crítica, de hecho puede que sea el peor lugar inimaginable. Es por ello que este artículo se llama Ben Simmons y una. ciudad difícil

Ben Simmons y una Ciudad Difícil

Ben, al igual que muchos jugadores que han llegado a la NBA, siempre ha sido un portento físico y técnico. Hijo de un ex-jugador la universidad de Oklahoma City y los Melbourne Tigers, el joven se inició en el baloncesto con tan solo 18 meses, su nivel y su físico le llevaron a trasladarse a EE.UU. tras ganar varios torneos en su Australia natal.

En la prestigiosa Monteverde Academy se forjaría un nombre, y dejaría claro ya en su segundo año de instituto que jugaría para la Universidad Estatal de Louisiana, curiosamente en esta etapa de instituto su porcentaje de tiro libre no era tan abismal. Ben ya figuraba como el potencial número uno en el draft incluso antes de la universidad, y pocos podían discutirlo, aunque el muchacho ya dejaba clara su aversión a tirar desde cualquier punto lejano a la canasta.

En LSU es donde comienzan a surgir algunas dudas, cuestiones no suficientemente alarmantes como para peligrar su posición como número 1 del draft, pero dudas que hoy en día reflejan su situación actual. El comienzo fue estupendo, y las comparaciones con Magic Johnson y Lebron James no se hicieron esperar, aunque pronto surgiría una grieta, la competitividad.

De aquellos barros estos lodos

Ben Simmons no consiguió llevar a LSU a clasificarse en el march madness, de hecho se le acusó en muchos momentos de cierta. languidez en muchos partidos fuera de casa, algunas malas lenguas incluso dijeron que ante la perspectiva de ser número uno pasara lo que pasara, el fenómeno australiano decidió no cansarse demasiado en su periplo universitario.

La siguiente grieta sería la fortaleza mental, compañeros tanto de LSU como de la selección australiana comentaban que Ben prefería aparecer en los highlights, que trabajar en los peores aspectos de su juego, y que en ocasiones aquello le llevaba a tomar decisiones incorrectas, amen de frustrar.a sus compañeros.

Ya en. su momento algunos informes pre draft afirmaban que Simmons parecía reacio a los consejos de su entrenador, o en general a las opiniones externas. Desde luego hasta la fecha ningún entrenador ha podido convencerle de expandir sus habilidades, y muchos ya dudan que una metamorfosis sea posible.

Ben Simmons y una ciudad difícil: Una antítesis de libro

Analizando ambos perfiles, esta claro que Philadelphia y Ben son incompatibles, y aun así tanto la ciudad como el jugador han intentado que el proceso llegara a funcionar. Durante mucho tiempo los fans de los Sixers defendían a capa y espada los defectos de su base, en muchas ocasiones redireccionando la atención a sus dotes defensivas y organizativas.

Sin embargo el 21 de Junio y tras rechazar un mate prácticamente solo, la ciudad dijo basta, y en consecuencia el jugador y sus agentes se pronunciaron de igual manera. Hoy por hoy hay un duelo entre los fans mas críticos por metro cuadrado, y un hombre incapaz de aceptar una crítica. Puede que el choque de trenes fuera inevitable entre un hombre que valora en exceso su imagen, y una ciudad que espera sacrificio cada noche.

Simmons no parece capaz de cambiar, y Philadelphia desde luego tampoco. Quizá Ben hubiera podido continuar a «su manera» en un mercado mas amable, y puede que Philly estuviera mas a gusto con alguien como Butler entre sus filas. Sea como fuere la relación esta rota, y cuando Ben visite Philly con su nuevo equipo, mas de un fan querrá meterlo en la abandonada celda del estadio de Beisbol.