Slam Dunk, para aquellos que no conozcan el manga o la serie de animación, se trata de la razón por la cual existe la liga de baloncesto en Japón. Takehiko Inoue consiguió en esta historia juntar elementos de comedia romántico junto con «spokon» (manga de deportes), para formar y enseñar un deporte en un país que apenas estaba interesado en su práctica. Probablemente su intención, en esta primera obra, era solo sobrevivir en el difícil mundo de la edición de mangas, una carrera que se puede apreciar en otra obra como es «Bakuman» (también muy recomendable) pero inadvertidamente consiguió crear una de las obras más populares de su género…
Deportistas como Rui Hachimura, o Yuta Watanabe, junto a otros atletas japoneses con carreras muy cortas en la NBA, o en la summer league, citan esta obra como su inicio en el amor por este deporte. Slam Dunk no es el tradicional manga con un protagonista bien intencionado, es un delincuente, un pandillero y su razón para practicar el deporte es simplemente impresionar a una chica… pero a través de su crecimiento como deportista, su aprendizaje de las técnicas y reglas más rudimentarias, además de su relación con los otros jugadores, el lector va aprendiendo acerca del baloncesto.
Todo esto solo lo escribo para que entendáis la importancia cultural del octavo manga más vendido de todos los tiempos, un manga que va del 90 al 96, los años de Jordan, una obra responsable de la popularidad del deporte en Japón, China, Taiwan… que me gustaría que leyerais, pero podéis disfrutar de la película incluso si no conocéis la serie. ¿Por qué Slam Dunk es la mejor película de baloncesto?
Narrativa en Slam Dunk
Creo que es muy destacable la brillantez de estructurar toda la historia en torno a un solo partido, combinando las rachas del marcador con la historia personal de los personajes, en especial del base, Ryota Miyagi, cuyo trauma a causa de la muerte de su hermano vertebra la trama, pero sin dejar de lado la personalidad de los otros jugadores del quinteto. Si bien es cierto que los fans de la obra original son conscientes del pasado de cada personaje, y su personalidad, para el espectador que los descubra por primera vez, no creo que resulte muy difícil enamorarse de estos desarrapados, de un quinteto dotado para el baloncesto, pero donde a diferencia de otros animes, no es la amistad lo que genera su unión, sino su amor por el deporte.
Takehiko Inoue, autor del manga y director de la película, adapta los últimos números del manga, añadiendo la historia de Miyagi, que hasta ahora desconociamos… algunos marcharan pensando que él es el auténtico protagonista, y no Hanamichi Sakuragi, aunque si hay un breve momento, donde se nos recuerda la progresión del pelirrojo, y su encontrado amor por un deporte donde mejora a pasos agigantados. El partido contra el Sannoh ni siquiera es un partido por el título, solo es un partido contra un equipo considerado imposible de vencer, un obstáculo que nadie espera que el Sohoku pueda superar.
Se trata de la pasión por el baloncesto, de la emoción de la remontada, de los tapones, de los mates, de las fintas… pero también una historia de superación de un trauma, de una pérdida, mediante el deporte. Como dice Kenny Ruiz en Scanners, los pases del base van moviendo la historia de un personaje a otro.
Animación
La animación en parte hecha por CGI, causó cierto revuelo entre los fans de la obra original, pero el estilo 3D le proporciona la capacidad de capturar de forma realista todos los movimientos de sus personajes, como me dijo Jose Luis Viruete, uno puede apreciar los planes detalle pivotando, el agobio del base atrapado en un 2 contra 1. los mecanismos necesarios en un tiro en suspensión, los movimientos precisos en una finta de baloncesto.
De hecho, esta es una de las razones por las que creo que estamos ante la mejor película de baloncesto, porque a diferencia de otras películas de imagen real, los movimientos no son borrosos o difíciles de apreciar, gracias a la animación todo se puede apreciar con gran lujo de detalles… Inoue hace un esfuerzo en dejar que el espectador detenga su mirada en lo importante de un tapón en una ayuda, en la importancia de un robo e incluso en lo trascendente de ganar un rebote al rival, recurriendo a métodos más o menos deportivos.
Todo queda engrandecido por la fluidez de los movimientos, pero además, bajo mi humilde opinión, la animación retrata fielmente ese estilo tan anatómico, tan preciso del dibujo de su autor… los músculos, las expresiones, las emociones a través de los gestos… todo esto son detalles que separan a su autor de muchos otros, y a esta película de otras similares.
Personajes en Slam Dunk
¿Quién no puede identificarse con esos perfiles tan identificables? El base bajito que se sirve de su velocidad y su dribling para crear situaciones de tiro, el escolta especializado en el triple que aprovecha el tiro tras bloqueo, la estrella que rara vez pasa y resulta determinante en sus acciones, el jugador que hace el trabajo sucio en la pista y el pívot dominante que ancla la defensa.
Repito que quizá para los fans del manga tengan más profundidad, pero creo que para el espectador que los descubra por primera vez, es fácil ver que les hace especial. La chulería/limitaciones de altura de Miyagi, el pasado delincuente, deportivo y de excelente tirador de Mitsui, el talento innegable pero individualista de Rukawa, los escasos fundamentos pero excelentes capacidades físicas de Sakuragi así como la veteranía y fuerza del capitán Akagi.
No estamos ante una película con héroes arquetípicos, sino ante una colección de personajes con fallos, con rasgos de personalidad no siempre positivos, pero que tienen un objetivo en común que supera todo lo que no les une en principio. Incluso para los aficionados a la NBA, verán una similitud entre Sakuragi y Rodman, Rukawa y Jordan o Akagi y Ewing. Recordemos que el manga data del 90 al 96. (y si, la camiseta del Sohoku es un claro homenaje a los Bulls)
Sonido
Puede parecer una tontería, pero en pocas películas he visto una edición sonora tan cuidada en cuanto a cómo debe sonar un tapón, un balón pasando por la red, un balón botando… se ha cuidado mucho este aspecto, hasta el punto de que al margen del peso emocional que supone ver al Sohoku perder o remontar en el marcador, estos sonidos marcan profundamente las orejas de quién está prestando atención, llevando a cualquiera a la cancha de basket de manera auditiva, no solo visual.
Obviamente tampoco podemos desmerecer la banda sonora, que sí. se compone obviamente de canciones en japonés, pero a poco que seamos un poco abiertos de mente y oídos, podemos ver que se trata de auténticos temazos que explotan en los momentos más indicados, incluso en la presentación inicial de los personajes.
FLIPAMIENTO
Eh, seamos honestos, si un Spokon está bien hecho, esta es la consecuencia natural e inevitable, fliparte y tener ganas de ponerte a jugar a baloncesto según sales de la sala. Ya seas un fan de la obra original, un fan del deporte o un padre buscando un entretenimiento para los niños, te aseguro que no podrás salir o no podréis salir sin querer empezar a driblar una pelota entre las piernas.