Los seguidores más “puristas” de la NBA afirman categóricamente que esta competición no sirve para nada. Se refieren, evidentemente, en cuanto a extrapolar el rendimiento de determinados jugadores cuando compitan contra profesionales con muchos años de experiencia a sus espaldas. Sin embargo, tal aseveración es más que discutible. Si bien es cierto que a ojos de simples espectadores como nosotros no resulta sencillo sacar conclusiones, para los miembros del cuerpo técnico de cada uno de los equipos participantes, así como para ojeadores de otros lugares, la NBA Summer League sí que ofrece una cantidad de información más que interesante. No solamente por lo que se observa en los partidos, también se valoran mucho cuestiones como el liderazgo, la madurez, la convivencia o la propia ética de trabajo.
Como nosotros no disponemos de esas informaciones, hemos de limitarnos a comentar brevemente lo que sí hemos podido ver sobre la pista.
A nivel objetivo, hay una serie de datos que resultan indiscutibles. Por ejemplo, que Portland Trail Blazers han sido los campeones de esta edición, con uno de sus integrantes, Trendon Watford, como mejor jugador de la final. O que Keegan Murray, el rookie de los Sacramento Kings, se ha llevado el MVP del torneo gracias a sus buenos números en los partidos que ha disputado. Datos de ese tipo resultan irrefutables y podemos enumerar una larga lista: jugadores con mayor carga de minutos, rebotes capturados, porcentajes de acierto en el tiro… No merece la pena plasmarlos aquí cuando con una simple búsqueda en Internet los tienes al alcance de un par de clicks.
Lo que interesa más y suele generar mayor controversia son las valoraciones subjetivas que cada uno extraiga de estos datos y de las impresiones que los equipos y los jugadores hayan causado en el espectador. Bajo mi punto de vista, hay que partir de una premisa: hacer una buena Summer League, para un chaval de primer año, no es significativo ni implica que ese jugador vaya a realizar una gran temporada en la NBA. Pensemos que son jugadores, en su mayoría, muy jóvenes todavía, que apenas han competido con rivales de enjundia y que tendrán que adaptarse a muchos factores en cuanto debuten como profesionales: exigencia física, ritmo de juego, compañeros nuevos, rol en el equipo… Sin embargo, hacer una mala Summer League sí que puede ser significativo, no tanto para esos jugadores de primer año recién llegados al profesionalismo, pero sí especialmente para los que son de segundo, y no digamos nada, de tercer año. Eso sí que puede suponer que las puertas de la NBA se les cierren definitivamente, aunque se les abran de par en par en otros parajes como Europa. Quizá sea precipitado, pero viendo las discretas actuaciones que han tenido jugadores como John Petty, Luka Garza, Matthew Hurt, Yves Pons o Greg Brown, por poner algunos ejemplos, no sería de extrañar que muy pronto tengamos noticias de ellos. Jared Butler, sin haber realizado un catastrófico torneo, tampoco ha rendido como se esperaba, lo que genera dudas más que razonables acerca de su futuro inmediato.
Ahora bien, el mayor, y para muchos único, atractivo que ofrece la Summer League es ver por primera vez en acción a los rookies. Y, en esta ocasión, el top 5 del pasado draft no ha defraudado. Paolo Banchero, aunque únicamente pudo disputar dos encuentros, rayó a gran altura: 20 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias de media por partido. Lo mejor que dejó, no obstante, fueron las sensaciones, mostrándose como un jugador decidido, valiente, con capacidad de liderazgo. Justo lo que ansiaban ver los seguidores de los Magic, que tienen motivos para ser optimistas. Tampoco le fue nada mal a Chet Holmgren, quien, más allá de sus números, mostró todo el arsenal de virtudes que le hicieron merecedor del pick 2 por los Oklahoma City Thunder: intimidación bajo del aro, amenaza desde el triple, buen manejo de balón… Seguro que los fans de su equipo están más que contentos con la conexión que se creó entre el recién llegado y Josh Giddey. Ambos dejaron momentos realmente buenos de baloncesto. Algo más le costó entrar en dinámica a Jabari Smith, pero según avanzaba la competición, se iba encontrando más a gusto en la cancha y con más confianza, lo que nos dio la posibilidad de disfrutar de algunos detalles del potencial que apunta. De Keegan Murray ya hemos hablado anteriormente, así que la gran incógnita ahora mismo es saber si podrá mantener ese excelente nivel anotador cuando se incorpore a la disciplina del equipo de la NBA. En Sacramento, desde luego, andan relamiéndose con tan solo pensar el salto de calidad que pueden dar si encaja bien con D’Aaron Fox y Domantas Sabonis. Y, por último, Jaden Ivey empezó como un auténtico tiro con los Detroit Pistons, haciendo las delicias de los espectadores junto con el otro rookie del equipo, Jalen Duren. Por desgracia, una inoportuna lesión nos privó de verle más tiempo en cancha. Pero la cosa promete…
Más allá de esos cinco jugadores, ha habido un nutrido grupo de rookies que han rendido incluso mejor de lo que se esperaba. Tari Eason se ha mostrado regular en todos los encuentros que ha disputado con los Houston Rockets, pidiendo con fuerza minutos de calidad en el primer equipo. De hecho, ha logrado incluso mejores números que su compañero de equipo, Jabari Smith. JD Davidson, por su parte, ha tenido una progresión ascendente a lo largo del campeonato. Empezó generando muchas dudas, pero terminó con una actuación deslumbrante que puede hacer ilusionar a los seguidores de los Boston Celtics. Quizá no para esta misma temporada, pero ha demostrado tener potencial para ser un jugador interesante en el medio plazo. MarJon Beauchamp es otro de los jugadores que merece la pena reseñar. La apuesta que hicieron los Milwaukee Bucks por él empieza a ser tenida en cuenta.
Eso, por la parte positiva. Pero no todo han sido parabienes entre los recién llegados. Como gran decepción, cabe señalar algunos nombres. El primero, el de Johnny Davis. El rookie de los Washington Wizards no ha demostrado absolutamente nada, y se ha mostrado como un jugador bastante vulgar. El otro nombre a destacar, en este caso por ausencia, es Shaedon Sharpe. El jugador al que más ganas había de ver compitiendo en un partido cinco contra cinco, se nos lesionó cuando apenas habían transcurrido cinco minutos de su primer encuentro. Únicamente dos puntos en su haber, y numerosos errores y desaciertos propios del ansia por gustar en su debe. Tampoco hemos visto jugar ni un solo minuto a AJ Griffin, lo cual, con su historial de lesiones, invita a cierta preocupación. TyTy Washington ha mostrado una versión muy floja de sí mismo, lo que nos hace suponer que los Houston Rockets optarán por desarrollarle en el equipo de la G-League. Muy decepcionante ha resultado también el paso por la Summer League de Max Christie, un jugador por el que los Angeles Lakers realizaron un traspaso poco antes del draft para seleccionarle con el pick 35.
Por supuesto, hay que hablar de algunos chicos que han irrumpido de manera espectacular e inesperada. Por encima de todos ellos está Kenneth Lofton Jr., un jugador cuyo físico condiciona tanto que eclipsa su enorme talento. Por fortuna, los responsables de los Memphis Grizzlies han sabido verlo y valorarlo y el chico ha aprovechado la oportunidad. No solamente lo ha justificado con unos números brillantes, sino con una muestra de técnica individual exquisita que muy pocos jugadores en la liga poseen. Cole Swider, también “undrafted” es otro jugador que ha aprovechado esta experiencia para, a base de triples, conseguir un contrato two-way con Los Angeles Lakers. Dalen Terry, el jugador de los Chicago Bulls, mostró muchas cualidades positivas y virtudes que todavía no se esperaban en un jugador que partía con la vitola de inmaduro. O, para terminar, Jabari Walker, elegido en las últimas posiciones del pasado draft y que ha tenido un impacto importante en el juego de los Portland Trail Blazers en esta competición recién terminada, ganándose también su primer contrato como profesional y con posibilidades de pelear por tener minutos en la mismísima NBA.
Así que cuando alguien diga que esta competición no sirve para nada, que se lo pregunten a todos estos jugadores.