TRINCHAR EL PAVO EN BAHAMAS

Thanksgiving week

Durante la semana de Acción de Gracias, se han disputado algunos de los torneos más atractivos de la temporada regular. Trinchar el pavo en Bahamas.

Los torneos

Este tipo de eventos parten de promotores de distinta naturaleza: puede ser un complejo vacacional hawaiano que pretende promocionar sus servicios o un canal de televisión que se autopublicita. Normalmente intervienen varias “marcas” asociadas con la intención de ofrecer suculentos premios que animen a los programas invitados a aceptar la participación. Lógicamente el prestigio del torneo va en función del prestigio de sus participantes. Las cifras para “convencer” a los directores deportivos de las universidades pueden ser de hasta 7 dígitos.

Maui (Hawai) o Bahamas son los destinos favoritos para los chavales. Viaje en avión privado + estancia en un resort de lujo con barra libre de actividades. Pueden dar de comer a los delfines, jugar unos hoyos o relajarse en el jacuzzi. Eso si, hay que hacerlo todo delante de una cámara para dejar constancia en redes sociales.

Me imagino a Gabe Brown (jugador de Michigan State) tomando el sol en una tumbona y mandándole un whatsapp a su colega Nick Ward (ex-compañero en la universidad que ahora juega en LEB ORO): “Que pasa Nicky!  ¿Que tiempo hace en esa ciudad a la que te has ido a jugar? ¿A Coruña se llamaba?… y adjunta foto de piscina y palmeras.

Ward le responde enviándole la captura de pantalla de uno de sus extractos bancarios.

Cada torneo es de su padre y de su madre: pueden estar compuestos por 4 equipos, por 8 o tratarse de un único partido. Imaginaos el formato de la Copa del Rey o una Final Four. La única diferencia es que los equipos que pierden, siguen jugando contra otros “perdedores” para garantizar la rentabilidad de la estancia/viaje. También con el objetivo de que todas las universidades lleven un número de partidos jugados lo más parecido posible.

NCAA: TORNEO HALL OF FAME

Lo que pasa en Las Vegas…

Mientras oposita para albergar una franquicia NBA, Las Vegas es otro destino preferente para el baloncesto universitario.Más de 20.000 personas se reunieron en el T-Mobile Arena para disfrutar del Gonzaga vs. Duke. Por cierto ¿se celebra algún evento en el Strip al que no asista Floyd Mayweather?.

En Sin City, el pecado capital era perderse el duelo entre Chet Holmgren y Paolo Banchero. Ahora mismo scouts y analistas coinciden: Nº1 y Nº2 en el próximo draft de la NBA.

A los niños más jóvenes, que pronto tendrán a Chet y Paolo como referentes y modelos a seguir yo les llamaría la atención sobre dos aspectos de su juego: La manera en que Holmgren conserva la vertical con los brazos levantados en la posición defensiva y el gusto de Paolo por dar bien los pases. Sobre el resto de sus tropecientas virtudes ya tendremos tiempo de escribir.

Banchero anotó 20 puntos en los primeros 20 minutos en los que se sintió muy cómodo e inspirado. Durante la segunda parte, unas fuertes molestias en el muslo le obligaron a acudir al vestuario para inyectarse suero hidratante. Lo mismo le sucedió en el partido frente a Kentucky. En el baloncesto actual los jugadores están completamente monitorizados de modo que no dudo que este sea un aspecto sobre el que ya están trabajando en Duke.

Los Blue Devils terminaron por llevarse la victoria 81-84 pero el nivel de juego no dejó vencidos. Ambos programas mostraron músculo y es imposible poner un pero a cualquier chico que haya intervenido en el partido. Mark Williams, Julian Strawther… debería nombrarlos a todos. Ganamos los aficionados.

Veremos que pasa el lunes ¿ocupará Duke el número 1 del ranking de Associated Press?.

Bahamas

Lejos de allí, en el Mar Caribe, se celebraba desde principios de semana el torneo Battle 4 Atlantis. Entre los 8 programas invitados a Isla Paraíso, UConn y Auburn, dos equipos del ranking se emparejaban en primera ronda. El resultado fue bestial (115-109 ganó Connecticut). Dos prórrogas fueron necesarias para resolver uno de los partidos del año.

Bruce Pearl (entrenador de los Tigers de Auburn) se desgañitaba en la banda como de costumbre, pero esta vez lo hacía en pantalones cortos y un “look safari” poco favorecedor. De momento no puede contar con Allen Flanigan (operado del tendón de Aquiles) pero la presencia de Jabari Smith mantiene el proyecto muy vivo.

Jabari está proyectado como número 3 del draft y es el recluta con más caché en la historia de Auburn. Su padre, Jabari Smith Sr. jugó al baloncesto en LSU y en la NBA. Su primo Kwame Brown fue seleccionado con el número 1 en el draft en 2001.

No voy a insistir más con Jabari. Os recomiendo una sencilla búsqueda en Youtube porque es para verlo. Cualidades todas, potencial… infinito.

Sobre UConn os voy a contar una anécdota del partido. Si, muy bien Adama Sanogo, Polley, Cole, todos. Pero tienen un freshman llamado Jordan Hawkins que estaba rindiendo muy bien y se ganó el derecho a jugar minutos calientes. Al final de la primera prórroga Uconn solo debía agotar la posesión o esperar que les hicieran falta y el partido quedaría muy encarrilado. El balón le llegó a Hawkins a quién incomprensiblemente se le escurrió de las manos. Reaccionó rápido pero tampoco pudo evitar la canasta en contraataque que forzaba el segundo tiempo extra. Echándose las manos a la cabeza se dirigió al corrillo con su entrenador y compañeros. La cámara le enfocaba hundido mientras escuchaba a Dan Hurley decir que otro jugador salía en su lugar. Su cara era un poema: ¡nooo! ¿en serio me vas a quitar después de esta pifia?. No volvió a jugar más, claro. Dándole la vuelta al título de aquella película de los hermanos Coen, muchas veces la NCAA no es país para jóvenes. También me pega otro titulo: No habrá paz para los freshman.

Por fortuna para Jordan Hawkins su error no impidió que UConn pasara a semifinales dónde les esperaba Michigan State.

Coincidiendo con el anuncio de la retirada definitiva de Jim Calhoun (una institución en el banquillo de los Huskies) podemos confirmar que Connecticut vuelve a ser un programa muy competitivo.

Voy a llamar vuestra atención sobre uno de los pilares de su equipo: En términos futbolísticos Andre Jackson Jr. es un todocampista. Un jugador capaz de sacar un corner para luego rematarlo. Fijar la mirada en como se desenvuelve sobre el parquet es tiempo ganado al baloncesto.

Sin embargo la victoria fue para los Spartans de Tom Izzo (60-64).

Me interesan 3 aspectos:

1. A.J. Hoggard es uno de los pocos bases que buscan al pívot en el roll. Vamos a ver si el college basketball no se contagia del hiper-triplismo de la NBA porque parece que ahora solo se pueden dar pases a jugadores abiertos. Incluso los conceptos básicos del contraataque, los carriles, el trailer y todo aquello que nos enseñaron, se van a tomar vientos cuando todo dios se abre a las esquinas y se casca un triple según recibe.

2. Novatos como Max Christie (Michigan State) o Caleb Houstan (Michigan) son muy necesarios para sus equipos pero están muy tiernos (ambos tienen 18 años). Jugar contra los mayores les cuesta. No olvidemos que esta temporada hay muchos mas chavales de 23-24 años que aprovechan el año extra de elegibilidad que concedió la NCAA para paliar los estragos de la pandemia (super-seniors).

3. Otra anécdota muy típica: Julius Marble II, forward de los Spartans no se tomó demasiado bien la reprimenda de Tom Izzo tras un lance del juego y azotó la toalla que le pasaron cuando se sentó en el banquillo. Izzo se acercó a él y se lo dejó cristalino: no juegas más durante el primer tiempo. Y así fué, lo he visto muchas veces, no importa quién sea ni lo necesario que sea.

Y llegamos a la final del Battle 4 Atlantis: Baylor vs. Michigan State.

Championship game del Battle 4 Atlantis

Los Bears no solo son los actuales campeones del país sino que además tienen toda la intención de repetir y Scott Drew ya tiene las llaves de la ciudad de Waco por transformar un programa mid-major en un firme aspirante.

El juego tenía trampa. El tercer partido en tres días puede dejar sin piernas a mas de uno o al menor hacerle perder la frescura. En ese contexto, el resultado final me parecía incierto… pero Baylor tiene dinamita.

James Akinjo es muuuy rápido y le gusta el showtime. A su alrededor los novatos Jeremy Sochan y Kendall Brown la van a romper. Lo de Brown es insane, va a protagonizar 2 o 3 highlights en cada partido (es un recluta 5 estrellas y McDonalds All-American). Sochan ya sabe lo que es jugar en las categorias inferiores de la selección polaca. Su perfil parece ideal para comerse la NCAA en breve.

Perder a Davion Mitchell, Jared Butler, Macio Teague y Mark Vital es perder el 90% de los puntos y los minutos de la temporada pasada pero la reconstrucción ha sido inmediata. Todos los que han vuelto han subido un peldaño: Flagler, Mayer, Cryer y mi favorito, el center camerunés Jonathan Tchamwa – Tchatchoua.

La primera parte fue igualada pero Baylor arrasó en la segunda (75-58). Pocos meses después volvieron a ponerse las gorritas y levantar un trofeo. Su balance es 7-0 y la amenaza del repeat es una amenaza real.

La NCAA no para y los primeros upsets ya han sacudido la competición: Alabama, Kansas y Memphis ya han mordido el polvo… pero esa es otra historia.

Entrevista a Jeremy Russotti