Trust the process no es solo un lema para definir los años mas oscuros de Philadelphia, es un estilo de vida, un mantra para repetir cuando el camino es duro, un asidero en los momentos donde la recompensa final parece muy lejana y las piedras del camino son muy afiladas. En definitiva es una jugada contra el casino, y una negación a jugar con unas reglas trucadas… o depende de a quien le preguntes, una auténtica vergüenza.
TRUST THE PROCESS: EL ORIGEN
Nuestra historia comienza como comienzan muchas en la NBA, con una cagada magistral de 2 metros y 13 centímetros de nombre Andrew Bynum, y en aquel momento, todos estaban de acuerdo con que era una buena idea.
El pívot venía de jugar su único all star y hacer sus mejores estadísticas como miembro de los Lakers, por primera vez sus rodillas parecían aguantar. De modo que Philly mandó al heredero de Iverson como jugador franquicia, Andre Igoudala, un tal Vucevic a los magic y por el camino también perdió a Harkless y una primera ronda
La idea era sencilla, reunir a un joven Jrue Holiday con el pívot del futuro, sin embargo este futuro nunca llegaría pues el bueno de Bynum piso mas veces la discoteca que las pistas de Philly, las lesiones y su cabeza pusieron fin a una prometedora carrera.
El año anterior se cargaron a unos Bulls huérfanos de Rose y habían perdido en 7 contra los Celtics, el telón de fondo de la película Uncut Gems, ahora habían perdido gran parte del impulso y para nada. Esta debacle sería la puerta de entrada de nuestro protagonista, Sam Hinkie, el hombre que quiso ganarle al casino
TRUST THE PROCESS:
Ó COMO TUMBAR AL CASINO
Sam lo tiene muy claro, para ganar un campeonato se necesita un jugador estrella, y Philly no lo tiene. ¿Cómo conseguir uno? Por agencia libre hay que competir contra Lakers, Miami, Nueva York… además solo te los puedes quedar durante un corto espacio de tiempo. ¿Intercambiar jugadores? Es muy arriesgado, la experiencia Bynum lo ha dejado muy claro.
Solo queda el draft, y en realidad, es perfecto, no solo mantienes al jugador mas tiempo contigo sino que además es mas barato. La lotería implica, como todos sabemos, probabilidad, y Sam piensa comprar mas boletos que nadie.
Dar auténtica pena solo te garantiza un 25 % de posibilidades de llevarte la primera elección… por no hablar de que puede que te toque un Kwame Browno o un Greg Oden. No es una ciencia exacta, pero los números dicen que es la única manera de competir por el anillo de forma real.
Por lo tanto, la idea es simple, el equipo debe de perder todos los partidos posibles. Hinkie se pone en marcha, comienza drafteando a Michael Carter Williams y traspasando a su mejor jugador, Jrue Holiday a los Pelicans, por una ronda de draft para 2014, y obtener a un pÍvot con posibilidades de estrella, Nerlens Noel, que había sido drafteado en la sexta posición.
El cocktail parece funcionar, pero para asegurar el tiro cara al draft del 2014 en el que presuntamente hay tres premios gordos, Sam se quita de en medio todo lo que se le parezca a un veterano, a cambio de primeras o segundas rondas.
En la NBA la táctica de Sam gusta entre poco y nada, muchos critican la desfachatez de perder a propósito, pero ¿Y si funciona? ¿Y si se pone de moda perder, para posteriormente ganar?
TRUST THE PROCESS:
UN CAMINO DURO
El plan iba viento en popa, si perder fuera un arte, los sixers eran el Louvre de la NBA. 2013 acabó con un balance de 19 victorias y 63 derrotas, suficiente para hacerse con Joel Embiid en la tercera posición y Dario Saric en la duodécima ¿El problema? Joel no jugaría por lesión esta temporada ni la siguiente al reincidir, y Dario se quedaría dos años en Europa.
Para Sam esto no es un problema, porque solo puede significar perder más y obtener rondas mas altas, en esta ocasión y tras haberse deshecho de hasta el último de los jugadores de 2012, sustituyendo a todos por rondas de draft, jugadores inservibles o jugadores no drafteados, pierden 18 y ganan 64, una maravilla.
En el draft quedan terceros de nuevo, y es que no es fácil quedar primeros, pero Jahill Okafor, un chico con mucho bombos y aires a lo Duncan queda disponible. Otra parte del proceso es determinar con rapidez, si se ha drafteado bien o no, y a pesar del premio por Rookie del año, Michael Carter Williams se va afuera tras dos años.
La siguiente temporada, sería quizá la obra maestra de Hinkie y la razón de su despedida prematura, los Sixers solo ganan 10 partidos, el tercer peor record histórico. Tras tres años de destacar como el peor equipo del mundo, y aparentemente, sin mucho que enseñar a cambio, en Abril de 2016 Sam Hinkie dimite como General Manager
EL PADRE MUERE, EL HIJO VIVE
Finalmente, y a pesar de no estar Sam, los Sixers consiguen la primera ronda, y con ella a Ben Simmons, un tipo que parece la segunda llegada de Lebron. El único problema, es que como Embiid, debido a lesión se tirara todo su primer año sin jugar. Al menos los fans pueden ver a Embiid por primera vez, aunque solo sean 31 partidos, pero leches han esperado dos años. La temporada termina con 28 derrotas y 54 victorias, al menos ahora hay algo de ilusión.
2017 marcaría el principio del éxito, Ben Simmons sería novato del año, Joel Embiid deslumbraría en sus 63 partidos y Covington había salido bien sin esperar nada de el. Los sixers ganarían 50 partido y quedarían terceros, además conseguirían llegar a la segunda ronda y como último regalo de Hinkie, tendrían la primera elección en 2017
2017 sería otro momento clave, con la elección de Markelle Fultz, parecía que la obra maestra estaba completa. Desgraciadamente, el base estrella de los Washington Huskies, padecería una lesión de hombro que aparentemente le robo de su capacidad para tirar por completo. Fultz solo estaría dos años en Philladelphia.
Fultz fue otro más de una larga lista de tiros al aire en busca de un jugador generacional, e incluso hoy por hoy, no sabemos si Ben o Joel lo son, aunque ciertamente lo parecen. Otros en la lista de caídos fueron Michel Carter Willliams quien nunca alcanzó ese nivel que tuvo como rookie, Nerlens Noel quien es un gran pivot suplente pero no una estrella o Jahill Okafor quien aparentemente llegó con unas habilidades obsoletas en una NBA que se alejaba de la zona
CONCLUSIÓN
Cada uno en su fuero interno debe considerar, si valió la pena tanta derrota. Yo personalmente creo que Hinkie intento encontrar un vacío legal en la competición e hizo bien en intentarlo. El problema fue, que hubieron demasiados tiros al aire, y se le demandó demasiada paciencia a su afición. ¿Qué hubiera pasado de haber acertado la primera vez? ¿Y si el process no hubiera durado tanto?¿Seguiría Sam en Philly? El sistema era bueno, pero los resultados fueron muy desiguales
Trust the process y Hinkie vivirán siempre que Joel Embiid o Ben Simmons sigan en Philly, y pasaran a la historia si alguna vez ganan el anillo. La NBA se encargó de que nadie mas lo pudiera repetir, o de que al menos no valiera la pena, pero otro Sam de apellido Presti tiene un plan similar… y quizá tenga mas suerte.